Al menos 21 personas murieron y otras 33 resultaron heridas en un atentado suicida en una mezquita en Kabul a última hora de la tarde del miércoles, según el último balance de víctimas aportado este jueves por las fuerzas de seguridad.
El portavoz de la Policía de Kabul, Khalid Zadran, afirmó hoy que, según los últimos datos disponibles de víctimas, al menos 21 fieles murieron y otros 33 resultaron heridos en el atentado en el norte de la capital, recogen los canales locales Tolo y Ariana News.
Hasta ahora el oficial de la Policía de la zona del ataque Mohammad Yasee había confirmado a Efe diez muertos y ocho heridos “por la explosión provocada por un terrorista suicida que se inmoló dentro de la mezquita durante las oraciones de la tarde”.
Además, la ONG italiana Emergency, que dispone de uno de los principales hospitales en la capital, había elevado en Twitter el número de heridos a 24, y anotó que también se produjeron tres decesos: “Dos pacientes llegaron muertos, otro falleció” luego.
Un funcionario talibán, que pidió el anonimato, aseguró a Efe que entre “los muertos también se encontraba el conocido erudito religioso malavi Amir Mohammad”.
El principal portavoz del Gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, expresó en un comunicado la condena de su administración “a la explosión en una mezquita” y aseguró que “los asesinos y perpetradores de tales crímenes pronto serán capturados y castigados por sus actos atroces”, subrayó.
Ningún grupo armado ha reclamado la autoría del ataque, aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) suele reivindicar estos atentados, convertido en la principal amenaza al régimen talibán.
Precisamente el EI reivindicó el atentado la semana pasada en una madrasa o escuela coránica de Kabul en la que murió el conocido religioso talibán Rahimullah Haqqani, que había defendido públicamente el derecho de la mujer a la educación o el trabajo.
Según información compartida por algunos de sus pupilos y oficiales talibanes, Haqqani era conocido por su ferviente oposición al EI, que había supuestamente tratado de acabar con su vida en varios atentados en el vecino Pakistán, donde se había instalado durante la invasión estadounidense que concluyó hace un año.
Afganistán sigue sufriendo atentados de forma periódica, en su mayoría reivindicados por la filial local del ISIS. La semana pasada, un destacado clérigo afín a los talibán murió víctima de un ataque suicida.
Precisamente este lunes, 15 de agosto, se ha cumplido el primer aniversario desde que los talibán se hicieron de nuevo con el poder, dos décadas después del derrocamiento de su primer régimen.
(El HuffPost / Europa Press).