El TDAH es una realidad muy frecuente en el entorno infantil y del adolescente. Es un trastorno que debe ser diagnosticado y tratado según cada paciente, porque de esta manera es posible evitar complicaciones futuras.
«Con el diagnóstico, lo importante es abordar el problema sin miedo, porque este trastorno puede llegar a curarse. Si no se afronta correctamente, en el futuro puede suponer que la persona renuncie a sus objetivos vitales, que tenga problemas de salud mental o que desarrolle adicciones», destaca la Dra. Pilar de Castro, especialista del Departamento de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).
Los principales síntomas del TDAH
El TDAH puede manifestarse de distintas formas según haya un predominio del déficit de atención o de la hiperactividad. En cualquier caso, «el principal síntoma del TDAH es el déficit de concentración, tanto en momentos puntuales como de forma sostenida. Además, puede provocar hiperactividad, problemas para el control de los movimientos o falta de memoria», detalla el Dr. Alberto Vieco, especialista del Departamento de Pediatría de la CUN.
Niño en la consulta del psicólogo
El TDAH puede dar lugar a que el niño esté desadaptado en distintos ámbitos: escolar, familiar, social… Pero no todo queda ahí, ya que también plantea problemas en su desarrollo y en la evolución de su estado emocional. Cuando no hay diagnóstico ni tratamiento (que no pasa en todos los casos por prescribir fármacos), el menor puede tener problemas con su autoestima y sufrir inseguridad durante la adolescencia e incluso en la edad adulta. «Sin embargo, un diagnóstico y el consecuente tratamiento temprano tiene un impacto positivo y puede prevenir estos riesgos desde la infancia», revela la Dra. Pilar de Castro.
Un problema con alto componente hereditario
El TDAH es un trastorno heredado en el 75 % de los casos. Está causado por un desarreglo funcional de la dopamina y la noradrenalina, unos neurotransmisores localizados en la parte frontal del cerebro, que son los responsables de la atención mantenida, el control de los impulsos y la decisión de llevar a cabo o de rechazar una acción. “Después de diagnosticar al niño, es muy común detectar el trastorno en otro familiar. A través de distintas formas, el TDAH puede darse en un hijo impulsivo, una abuela hiperactiva o un hermano con adicciones”, explica la Dra. de Castro.
De hecho, en familias donde uno de los hijos tiene este trastorno, el riesgo de que otros hermanos lo presenten también sube hasta un 30 o 40 % (a diferencia del riesgo del 5 % de la población general). Pero si es uno de los progenitores el que tiene el TDAH, el riesgo de que uno de los niños lo presente se multiplica por ocho.
Según se trate o no a tiempo, en un 60 % de los casos, la sintomatología del TDAH puede persistir en la vida adulta en grado leve o moderado. Con un tratamiento a tiempo, los pacientes llegan a la edad adulta con unas redes cerebrales maduras. (Hola.com).
Paz y seguir apostándole a la Paz Total, se realizó en la Gobernación de La…
En un esfuerzo por garantizar la autonomía y el desarrollo integral del pueblo yukpa, el…
Unas 51.100 mujeres y niñas fueron asesinadas en 2023 por sus parejas sentimentales o sus…
Le propongo un reto: ¿sería capaz de adivinar el rango de edad de alguien sentado…
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) informan sobre los…
En el marco de la preparación y planificación para los Juegos Parasuramericanos Valledupar 2026, el…