La superintendencia recopiló información sobre el estado actual del acceso a los servicios de acueducto y alcantarillado en la Región Caribe, haciendo énfasis en La Guajira, de acuerdo con información publicada por el Dane.
Si El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) tiene 15 dimensiones, entre ellas: Sin Acceso a fuente de agua mejorada; Analfabetismo; Desempleo de larga duración; Inasistencia Escolar, entre otras.
Como se sabe, la Corte Constitucional en diferentes sentencias ha señalado que el acceso al agua potable es un bien esencial, al cual todos los ciudadanos tienen derecho, y que el Estado está en la obligación de proveerlo de manera directa o a través de cualquier otro agente como comunitario o a través de empresa privada.
La Región Caribe presenta una diferencia importante en cuanto al IPM respecto a otras regiones o la capital. Mientras en Bogotá el índice de incidencia es de 5.7 %, en la Región es de 26.8 %. Es decir, que un 21 %más de los ciudadanos del Caribe se encuentran en situación de pobreza multidimensional, en relación con los ciudadanos de Bogotá. La Guajira es el departamento de la Región que presenta el mayor porcentaje de la incidencia, un 48.7 %, 26.3 % en la cabecera y un 70.7 % en los centros poblados y rural disperso. Cabe recordar que cerca del 50 % de los ciudadanos en La Guajira tiene Necesidades Básicas Insatisfechas.
Las principales variables donde los hogares caribeños presentan mayores valores en cuanto a las privaciones se encuentran en: Trabajo informal (84.7 %); Bajo logro educativo (46.1 %); Rezago escolar (31.2 %); Inadecuada eliminación de excretas (23.7 %); y Sin acceso a fuentes de agua mejorada (16.5 %).
En el caso particular de La Guajira, el 93.6 % de los hogares presenta privaciones asociadas con el Trabajo Informal; el 48.2 % con la Inadecuada eliminación de excretas; y, el 50.2 % Sin acceso a fuente de agua mejorada. Con diferencias aún más profundas entre lo urbano y lo rural. Por ejemplo, mientras el 86.8 % de los hogares no tienen acceso a fuentes de agua mejorada en el sector rural en las cabeceras este valor es de 13.2 %; la eliminación inadecuada de excretas es de 77.3 % en los centros poblados y rural disperso mientras en las cabeceras es de 18.8 %.
La heterogeneidad municipal en este tipo de indicadores es importante. Por ejemplo, mientras el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas a nivel nacional era del 14.3 %, en Uribia fue de 88.8%, en Manaure 81.1 %, Maicao 59.2 % en contraste con Villanueva 18.6 %, Fonseca 19.4 %, San Juan del Cesar 24.2 %, Urumita 25.0 %, según el reporte del último censo de población y vivienda realizado por el Dane.
En el caso de la pobreza Multidimensional en Uribia fue del 92.2 %, Manaure 86.7 % Maicao 60 %, Villanueva 31.0 %, Urumita 32.0 %.
En cuanto a las variables de “Inadecuada eliminación de excretas” como “Sin acceso a fuentes de agua mejorada” las diferencias son importantes:
Por ejemplo, en la primera variable, se observa que en Uribia es del 95.0 %, Manaure 89.6 %, mientras que en Villanueva es del 10.6 % y 12.9 % en Urumita (Cuadro).
Entre tanto, para la variable “Sin acceso a fuentes de agua mejorada” el índice de Uribia fue de 88.1 %, Manaure 65.2 %, Villanueva 5.4% y Urumita 12.9 %. En la capital de La Guajira, los valores de estas dos variables, “Inadecuada eliminación de excretas” como “Sin acceso a fuentes de agua mejorada”, fueron de 38.0% y 23.8 %.
Claramente, esta situación está asociada con otro tipo de variables. Por ejemplo, la densidad poblacional de Villanueva es 105 personas por kilómetro cuadrado, de 44 en Urumita o de 88 en Fonseca, mientras que en Uribia es de 21 y de 22 en Dibulla. De igual manera, el Grado de Urbanización, definida como la relación del número de viviendas en las cabeceras respecto al total de viviendas del municipio, es de aproximadamente el 92 % en Villanueva, 81 % en Fonseca, 78 % en Urumita, 5 % en Uribia, 10 % en Manaure, 12 % en Dibulla, entre otros.
Lo anterior lo que permite pensar es que, dada esas características, las tecnologías asociadas a la prestación de determinados bienes y servicios esenciales deben ser claramente diferenciadas.