¿Será niño o niña? Es uno de los interrogantes más comunes cuando hay un nuevo embarazo. En ocasiones, los futuros padres atesoran un deseo claro, ya sea porque tienen más hijos y quieren ‘la parejita’ o porque prefieren darle un hermano del mismo sexo a su retoño mayor, por tradición familiar… En cada caso hay unos condicionantes que delimitan esas preferencias. Deseos que no siempre se cumplen.
Hemos charlado con Esther Ramírez Matos, psicóloga perinatal y facilitadora de grupos de madres en Aldea Maternidad, para que nos hable de cómo afrontar la decepción que puede surgir cuando la criatura no es niño o niña como esperabas.
Más normal de lo que se piensa y expresa
Sentirse desencantada cuando se conoce finalmente el sexo del bebé que está gestándose en el vientre materno es «más frecuente de lo que parece», indica la experta. ¿Cuál es la cuestión? Que sobre esto recae un gran tabú social porque se supone que todo lo que rodea a la maternidad ha de ser feliz y dichoso. Pero no siempre es así. «El problema es que está normalmente muy estigmatizado y, precisamente por esta razón, no suele hablarse, y por ello a las madres a las que les pasa les supone una experiencia casi tabú», añade la responsable de www.estherramirezmatos.com.
Como no suelen expresarlo por miedo a las reacciones de los demás, estas mujeres se callan lo que sienten, «lo que puede agravar las sensaciones de malestar durante el embarazo», indica la especialista. Lo habitual es que esta sensación de rechazo o de decepción no dure todo el embarazo y se resuelva antes de llegar al parto. Suele ocupar unos cuantos días y luego ir solventándose. En esos momentos iniciales, «es importante el apoyo sin juicio de la pareja, si la hay, y de la familia. Además, los grupos de apoyo a la maternidad pueden resultar tremendamente sanadores», recalca Esther Ramírez Matos.
Los pasos a seguir para estar mejor
Cuando se produce una situación así, en que la madre siente desilusión porque su bebé es niño y quería niña, o al revés, la recomendación principal es normalizar la emoción y hablar de ello. «Poderlo expresar con las personas de confianza que puedan escuchar respetuosamente y sin juicio», destaca la psicóloga perinatal.
En muchas ocasiones, este primer paso ya vale para desbloquear la situación. La madre expresa con libertad lo que siente y desde ese momento se siente liberada para aceptar totalmente a ese pequeño que lleva dentro. «A veces esto es suficiente para poder transitar ese pequeño ‘duelo’ que supone despedirse de la expectativa que se tenía por el género del bebé», recalca. No obstante, hay situaciones más complejas. Si esas emociones «van más allá de la lógica reacción de sorpresa y cierta decepción posterior a la noticia, es importante que se observen los síntomas que puedan surgir», recomienda.
En este sentido habría que estar atentos ante: tristeza intensa, rechazo al embarazo, falta de identificación con la idea de maternidad y ansiedad.
En estos casos, convendría consultar con un profesional de la Psicología Perinatal para poder abordarlo en consulta, «un espacio seguro y cuidado donde la madre podrá explorar las razones que subyacen al rechazo», que a veces son inconscientes. «Y desde esa toma de conciencia, encontrar el camino de vuelta al vínculo prenatal con su bebé». (Hola.com).