Traspiés, pasos en falso, caídas o golpes directos suelen ser las principales causas de las fracturas de tobillos.
El tiempo y tipo de recuperación para esta lesión varía según su gravedad, que puede ser desde pequeñas fisuras hasta quebraduras que perforan la piel. Conoce aquí qué es lo que recomiendan los expertos tras una fractura.
La fractura de tobillo es una lesión que suele ser causada por una torsión, aunque también puede deberse a golpes directos en la zona. Entre sus principales síntomas se encuentra:
– Dolor inmediato y pulsante.
– Deformidad de la zona afectada.
– Hematomas.
– Hinchazón.
– Sensibilidad.
– Problemas para caminar o soportar peso en la pierna afectada.
Aunque cualquier persona puede fracturarse el tobillo, es una lesión más común entre quienes:
– Practican deportes de alto impacto, como gimnasia, futbol, tenis o baloncesto.
– No usan un equipo adecuado para realizar deportes o actividad física, como un mal calzado.
– No realizan las técnicas adecuadas antes y después de realizar actividad física, como estirar o calentar.
– Viven o trabajan en ambientes poco iluminados y desordenados.
– Tienen hábitos pocos saludables, como fumar o beber alcohol en exceso.
– Tienen problemas óseos, como osteoporosis.
¿Qué se puede hacer tras una fractura?
Dependiendo el tipo de fractura y su localización en el tobillo, será el tratamiento que el profesional de la salud aborde. Estos pueden ser:
– Quirúrgicos: en algunas cirugías puede ser necesario el uso de clavos, placas o tornillos para mantener una correcta posición del hueso. Una vez que te hayas recuperado, estos pueden retirarse.
– Conservadores: se suele colocar yeso, férula, vendaje funcional o bota para inmovilizar la zona donde se encuentra la fractura.
Los ejercicios o movimientos que se pueden realizar también dependerán de los días o fase en la que el paciente se encuentra. A grandes rasgos, se diferencian en:
Primera semana
Esta es una fase que se caracteriza por la presencia de inflamación y hematoma. Si se está inmovilizado, pero sin una fijación rígida (es decir, un yeso), se aconseja no mover el tobillo ni la rodilla.
Tampoco se deben realizar ejercicios de fortalecimiento del tobillo ni del pie, aunque sí se puede recurrir a los isométricos de cuádriceps. Estos son ejercicios en los que se somete al músculo a tensión sin realizar movimiento.
Para este caso, puedes acostarte con una almohada debajo de la rodilla y comenzar con una leve presión que crezca, como si intentaras aplastar la almohada.
En esta etapa también es útil caminar con dispositivos de ayuda, como muletas, pero sin descargar el peso hacia la pierna afectada.
Dos semanas
Durante esta etapa se mantienen las recomendaciones anteriores:
– No mover el tobillo ni la rodilla.
– No realizar ejercicios de fortalecimiento del tobillo ni del pie.
– Realizar ejercicios isométricos de cuádriceps.
– No cargar peso sobre la pierna lesionada al cambiar de postura.
– Caminar con dispositivos de ayuda.
Cuatro a seis semanas
En esta etapa se aconseja continuar el fortalecimiento a partir de los ejercicios isométricos de cuádriceps, aunque pueden incorporarse otros ejercicios suaves. Para ello, intenta:
– Mantener la pierna afectada estirada.
– Estirar lenta y suavemente la punta del pie hacia el cuerpo.
– Relajar y volver a la posición inicial.
Aún no se recomienda realizar ejercicios contra resistencia. Además, la carga de peso en esta fase va a depender de la evolución del paciente, si no presenta dolor al tocar la zona afectada o si las radiografías muestran que la fractura se encuentra estable.
Seis a ocho semanas
En esta etapa ya se pueden realizar movimientos activos del tobillo y activos-asistidos, por el profesional de la salud. Un ejercicio sencillo para esta etapa consiste en:
– Comenzar sentado en una silla.
– Levantar el talón de la pierna afectada.
– Con la punta del pie dibujar en el suelo letras, figuras o números.
Ocho a doce semanas
En esta etapa se profundizan los movimientos activos y activos-asistidos, por ejemplo:
– Levantar el talón
– Párate frente a la parte trasera de una silla y coloca las manos en el respaldo.
– Levanta lentamente los talones del piso mientras mantienes las rodillas rectas.
– Mantén la posición un par de segundos y vuelve lentamente a la posición inicial.
-Haz varias series de repeticiones a lo largo del día.
Flexión con resistencia
Debes usar una banda elástica de ejercicio (consulta a un profesional de la salud dónde conseguirla):
– Coloca la banda alrededor del pie afectado, sobre la planta debajo de los dedos.
– Sujeta los extremos de la banda con cada mano por encima de la rodilla.
– Mantén la pierna estirada y flexiona suavemente el pie hacia abajo (los dedos deben apuntar contrarios al cuerpo).
– Relaja y vuelve a la posición inicial.
– Haz varias series de repeticiones a lo largo del día.
Dorsiflexión con resistencia
Este ejercicio es similar al anterior, aunque la banda en lugar de pasar por la planta del pie pasa por el empeine. Para ello debes:
– Atar los extremos de la banda para formar un círculo.
– Sujeta un extremo del círculo a un objetivo firme.
– Siéntate y pasa el pie afectado por el otro extremo, para que la banda se coloque sobre el empeine del pie.
– Con la pierna estirada flexiona lentamente para que los dedos apunten hacia el cuerpo.
– Relaja y vuelve a la posición inicial.
– Haz varias series de repeticiones a lo largo del día. (HolaDoctor.com).