Ante la posibilidad de la llegada del fenómeno de El Niño y la reducción de los embalses, se ha abierto el interrogante de qué tanto se pueden ver afectados los precios de energía para el consumidor final, pues los valores de compra del kilovatio en bolsa han venido subiendo.
Esas tarifas, en parte, están relacionadas con el nivel de agua de los embalses de energía del país. Con corte al 16 de mayo, las reservas hídricas reportan un nivel de 58,25 % (10621,78 GWh) y los aportes hídricos de 54,83 % (283,80 GWh).
En el presente año se han venido incrementando los precios, con una tendencia al alza. En febrero el precio de bolsa de energía fue de $ 533,7/kWh, lo que significó un aumento de 42,61% frente al precio promedio de enero, que fue de $374,24 kWh. Hasta ese momento, según XM, sería el valor más alto desde marzo de 2016. Específicamente, el precio de energía se ha multiplicado por más de 5 veces desde abril.
Alejandro Castañeda, director ejecutivo de Andeg, agregó que cuando «los niveles de los embalses no están en el óptimo, estos deben dejar de operar y usar fuente térmica, por esto es que los precios en bolsa han venido subiendo». Esto porque se estarían perdiendo 50 GWh, lo que viene siendo «entre 5 % y 30 % del total que la demanda consume con fuente térmica».
Sin embargo, los comercializadores han explicado que, aunque se prevé una reducción en los embalses debido a la llegada de El Niño, esto no genera automáticamente un alza para los consumidores, pues las empresas solo compran en bolsa cerca de 20 % de la energía, y 80 % está en contratos a largo plazo, donde ya se pactaron los precios.
¿Cómo funciona la contratación de energía?
Sobre esto, Castañeda dijo que, para los usuarios, «la mayoría de la energía que se genera por contratos tiene precios fijos, por lo cual los consumidores no tienen una exposición a la volatilidad en bolsa». Es decir, si el precio en bolsa sube $ 100, su impacto solo se refleja en 5 % en la tarifa, es el aumento que sentiría el usuario sobre el precio final. «La bolsa puede moverse, pero los usuarios no sienten los movimientos, esto gracias a los contratos».
Con este funcionamiento, por eso es que, aunque el precio de energía se ha multiplicado por más de cinco veces desde abril y los aportes hídricos en mayo están 56 % debajo de la media, no se prevé un gran impacto en el precio de las facturas.
«En un evento de escasez, lo que se mueve es el precio de bolsa. Los precios de los contratos no van a cambiar porque estos son de largo plazo, sus efectos no se van a modificar», concluyó Castañeda. (Vía La República).
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