El síndrome del intestino irritable (SII), es el trastorno funcional digestivo más habitual en el mundo.
Es un grupo de síntomas digestivos, que incluye cólicos, dolor e hinchazón abdominal, estreñimiento y/o diarrea, y gases. Aunque es una afección relativamente común, el SII se suele malinterpretar, principalmente sus causas, tratamientos y formas de prevenirlo. Aquí repasamos los mitos más comunes a su alrededor.
Mito 1: El SII es una afección poco común
Verdad: Como señalamos, el SII es el trastorno funcional digestivo más habitual en el mundo. Las molestias que provoca pueden ocurrir durante mucho tiempo (en algunos casos, años) con períodos de agudización o mejoría.
Su prevalencia varía según las distintas regiones del mundo. Por ejemplo, en EE. UU. se estima que afecta entre 10 y 15 % de la población, en Europa entre 5 y 15 %, en México alrededor del 20 %, mientras que en el resto de Latinoamérica oscila entre 10 y 20 %.
Mito 2: Los adultos mayores tienen más riesgo de sufrir SII
Verdad: Esto no es cierto. Si bien la mayoría de las enfermedades e infecciones suelen ser más probables entre los adultos mayores, el caso del SII es diferente. Según explican los expertos, se puede presentar a cualquier edad, aunque a menudo comienza en la adolescencia o principios de la vida adulta. También es hasta dos veces más común en mujeres que en hombres.
Mito 3: No hay que preocuparse por el SII, ya que no afecta la calidad de vida
Verdad: El SII suele ser un trastorno crónico, debilitante y común de la interacción intestino-cerebro. Por este motivo, es muy probable que afecte significativamente la calidad de vida de los pacientes, al punto de que, si no se trata, puede imposibilitar realizar tareas o actividades diarias, como trabajar, viajar o asistir a eventos sociales.
Mito 4: El SII puede causar cáncer
Verdad: Este es un mito muy difundido, pero no por ello cierto. Según señalan los investigadores, no existe evidencia científica que muestre que el SII sea capaz de causar daño permanente en los intestinos ni enfermedades graves, como el cáncer.
Mito 5: El SII es causado solamente por infecciones bacteriana
Verdad: Aunque en los últimos años ha crecido significativamente el número de investigaciones sobre el SII, su causa o causas aún no son del todo claras. En algunos casos puede presentarse tras una infección intestinal bacteriana (por ejemplo, por Campylobacter jejuni) o por parásitos (yardiasis), esto se denomina SII posinfeccioso.
Sin embargo, también existen otros tipos de desencadenantes, como estrés a temprana edad, modificaciones en el microbiota intestinal, alteraciones en los nervios del sistema digestivo, o contracciones musculares en el intestino.
Mito 6: El SII se puede curar
Verdad: Actualmente, no existe una cura para el SII, sin embargo, existen muchas opciones para aliviar sus síntomas. Por ejemplo, el médico puede recomendar el uso de ciertos medicamentos, como anticolinérgicos (el microbiota intestinal, propantelina, belladona y hiosciamina), loperamida, alosetron (Lotronex), eluxadoline (Viberzi), lubiprostone (amitiza), bisacodil, rifaximina, o linaclotide (Linzess), entre otros.
También se aconseja realizar cambios en el estilo de vida, incluyendo más fibra y probióticos en la alimentación, a la vez que se reducen o evitan los alimentos o bebidas que estimulan a los intestinos, como como la cafeína, refrescos, té o alcohol. También es bueno trabajar en el control de los niveles de estrés.
Mito 7: Hacer ejercicio ayuda a aliviar los síntomas del SII
Verdad: El ejercicio es otra actividad que se recomienda como parte de un estilo de vida saludable, para aliviar los síntomas del SII. Sin embargo, no todos son iguales, ya que algunos, como los competitivos o de gran intensidad, pueden repercutir negativamente y empeorar los síntomas del SII, ya que aumentan el impacto muscular o elevan los niveles de estrés.
Los expertos recomiendan los ejercicios aeróbicos (también conocidos como «cardio») como caminar, trotar, montar en bicicleta, o nadar. Estos son un tipo de actividad que se caracteriza por su baja intensidad desarrollada durante largos períodos de tiempo.
Mito 8: Existen una dieta para combatir el SII
Verdad: Aunque muchas veces se hable de «la dieta para combatir al SII» o referencias similares, los especialistas aseguran que no existe un tipo de alimentación específico contra esta afección, ya que el SII difiere de una persona a otra. Sin embargo, ciertos hábitos alimenticios pueden ser de ayuda: comer despacio, en porciones pequeñas y masticar correctamente.
Mito 9: Se pueden reducir los síntomas del SII mediante tratamientos naturales
Verdad: Ciertos remedios naturales, como el aceite de menta o el de cardamomo, se han mostrado prometedores para aliviar los síntomas del SII y las úlceras gástricas. Sin embargo, la investigación sobre estas y otras opciones naturales es limitada, por lo que es posible que no sean universalmente útiles.
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias. (HolaDoctor.com).
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