Mi amiga Beatriz siempre tenía la piel reseca, a veces hasta le picaba. Ella, tratando de solucionar, se bañaba frecuentemente, se exfoliaba con el empeño de eliminar las descamaciones “porque eran células muertas”, y luego se untaba crema perfumada. Finalmente, visitó al especialista y le dijo que, en primer lugar, dejara de limpiar el cuerpo tan frecuentemente; específicamente la piel estaba sufriendo por el exceso de jabones y cremas con fragancia que también pueden ser muy irritantes para la piel.
Y es que a veces creemos que mientras más limpieza menos posibilidades de enfermarnos o más nos cuidamos, pero en algunos casos esto puede ser contraproducente. Tal es el caso de los oídos, quizás el más conocido.
Los oídos, de hecho, no deben limpiarse, o más específicamente su parte interna, pues ellos están listos para autolimpiarse. Así lo explica el otorrinolaringólogo Luis Cabezas, quien agrega que en todo caso debe limpiarse la parte externa, sin introducir ningún tipo de artículo, ni que parezca diseñado para tal fin, pues limpiarlo de manera incorrecta puede ser perjudicial, causando desde un taponamiento hasta una perforación. Además, el cerumen es una sustancia con acción antibacteriana y protectora, necesaria para la salud del canal auricular. En caso de producir demasiado, lo mejor es recurrir a un especialista que haga el procedimiento que corresponda.
Otra parte del cuerpo que no debe limpiarse, y hay que insistir en ello, es la vagina. No. Usar duchas vaginales, introducir óvulos, aplicar jabones y perfumes y seguir otros hábitos de limpieza casera puede ser sumamente perjudicial para la zona íntima, pues se altera la flora bacteriana, la microbiota y, en esencia, el ambiente natural que tenemos.
El médico ginecólogo Sofía Herrera, señala que lo que debe hacerse es asear la vulva -la parte de afuera- una vez al día, máximo dos con un producto especialmente diseñado para la zona, sin silicona, sin parabenos, sin ingredientes oleosos, y que pueda ser absorbido en la mucosa vaginal, para que la flora bacteriana esté en equilibrio.
Además, aunque parezca insólito, la nariz es otro lugar que no se debe limpiar, o por lo menos no como crees. Meterse el dedo en la nariz puede ser sumamente dañino, en primer lugar, porque introducir los dedos puede romper el delicado revestimiento interno de la nariz y causar microheridas que se convierten en canales de infección. Además de ser uno de esos hábitos asquerosos que no aporta ningún beneficio, propagamos microbios y también los llevamos con nuestros dedos a la nariz.
Otra parte del cuerpo que no vemos, pero que es fundamental cuidar adecuadamente es el intestino. El empeño en desintoxicarlo e ingerir bebidas y productos que lo limpien puede ser muy perjudicial para su universo bacteriano. El intestino, y el hígado son máquinas autolimpiantes que funcionan en equilibrio con sus bacterias. Además de introducir probióticos a nuestra dieta, hay mucho que podemos hacer por cuidar nuestro intestino, y no es precisamente una limpieza total.
Finalmente, la piel, con la que comenzamos esta nota, amerita cuidados especiales, exfoliarla demasiado no debe ser uno de ellos, mucho menos si usamos productos inadecuados, que más bien pueden generar minúsculas heridas por las que pueden entrar bacterias dañinas.
Este es un error frecuente que comentemos, sea con la piel del rostro o con la del cuerpo, con la ilusión de limpiarla de células muertas y dejar nuestra piel reluciente. En efecto, este es uno de los objetivos de la exfoliación, pero no debe hacerse de forma agresiva ni tampoco con un grano demasiado gruesos. Lo mismo ocurre con el uso de jabones astringentes y otros productos que usamos para limpiar grasa y sudor y lo que hacemos es arrastrar la capa protectora de la piel, dejándola propensa a agresiones ambientales, bacterias, entre otras cosas.
Lo mejor es recurrir a productos especialmente diseñados para tal fin. Si se trata de exfoliantes, usarlos una vez por semana o según indique el especialista, si se trata de limpieza, evitemos detergentes agresivos, y productos perfumados que pueden resecar e hidratar. (Yahoo/vida y estilo).