Solo quien ha padecido dolencias de la piel sabe lo desafiantes que pueden llegar a ser y la cantidad de factores que influyen en lograr el equilibrio que nos lleve a la recuperación. Entre esos factores, está la deshidratación. Puede ocurrir rápido, puede depender de los cuidados que prodiguemos a nuestra piel, e incluso de lo que ingerimos. Lo que es definitivo es que puede empeorar afecciones de la piel muy comunes, como el acné o la dermatitis atópica, entre otras.

La doctora Bertha Baum, dermatóloga y cirujana cosmética certificada en Estados Unidos, dice que la hidratación es un factor clave cuando se trata de la protección de la piel, la retención de humedad, la elasticidad mejorada y el equilibrio de la producción de aceite. Es decir, una buena hidratación no solamente nos ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro, sino que nos da mucho más, pues hay otras afecciones que pueden recuperarse mejor, prevenirse y sanar, si la piel tiene el equilibrio adecuado.

«Una de las consecuencias más comunes de la deshidratación es que se van a crear unas pequeñas llagas o úlceras microscopicas que dejan el campo abierto para una infección bacterial en la piel. Asimismo, cuando la piel está deshidratada se pierde su protección natural y esto no solamente promueve la aparición de arrugas y la pérdida de elasticidad, sino que se pierde el balance de aceites. Esto puede generar que se altere la producción y se produzcan condiciones como el acné”, explica Baum, quien es miembro de la Academia Americana de Dermatología y asesora de Neutrogena.

Cada condición amerita hidratación

Pero por supuesto que nos preguntamos cómo es posible que la deshidratación se relacione con el acné, si existe la creencia de que este es consecuencia de un exceso de oleosidad. Pues este es uno de los mitos más comunes con relación al acné.

«En efecto, mucha gente tiene la creencia de que, si tiene se acné, no tiene deshidratación, pero es necesario aclarar que no es lo mismo hidratación que producción grasosa”, aclara Baum y es de destacar que no tener la hidratación adecuada puede generar el efecto contrario, pues al resecarse, la piel va a producir oleosidad con mayor celeridad para tratar de protegerse.

En el caso del acné, es importante conocer a fondo las características de la enfermedad y qué la genera, para poder combatirla con eficiencia, pero además es fundamental no automedicarse con fórmulas milagrosas. Lo que se debe hacer es visitar al experto, y cuidar e hidratar la piel eligiendo productos que en sus etiquetas destaquen ser no comedogénicos y que sean preferiblemente en gel, para que no aporten más grasa.

Por otra parte, el eczema o dermatitis atópica, otra de las afecciones más comunes de la piel, hace que esta sea más propensa a la sequedad con lo cual la falta de hidratación adecuada puede generar mayor irritación, y empeorar las características de esta condición.

«Lo que ocurre con el eczema es que la piel no tiene las ceramidas correctas para unir células, con lo cual se crean aperturas en la piel, no se retiene el agua y la pierde más fácilmente, lo que causa resequedad y en consecuencia picazón. Allí corremos el riesgo de trasladar los gérmenes que tenemos en uñas y dedos con lo cual podría generarse una infección y empeorarse la condición”, dice la doctora Baum quien recomienda que en las etiquetas de los productos se destaque, no solo que hidrate, sino que no contenga fragancia ni parabenos.

Con respecto a la rosácea, que no debe confundirse con alergias, Baum destaca que con el proceso inflamatorio que ocasiona viene un proceso de sensibilidad que puede empeorarse con la falta de hidratación, lo que puede tener como consecuencia una sensación de incomodidad y mayor irritación.

“En este caso debemos tener mucho cuidado con los productos que ponemos en la piel. Una de las características fundamentales para escogerlos es que sean libres de fragancia, pues los perfumes causan mayor sensibilidad”.

Para todos los casos, Baum recomienda el uso de unos limpiadores sin jabón o detergente, puesto que estos resecan mucho más.

El paso a paso ideal

Quienes no tienen ninguna condición específica en la piel, además de verificar que cada producto sea diseñado para sus características, también deben mantener la hidratación adecuada de la piel. Para ello, la doctora Baum recomienda una rutina básica de cuidado.

Lavar el rostro dos veces al día, en la mañana y en la noche, con un limpiador que sea suave, libre de fragancia, ligero, y que además de limpiar hidrate la piel. Esto lo encontramos en productos que contengan ácido hialurónico. “Hemos observado en estudios realizados por Neutrogena, que con solo cambiar el limpiador a un producto que también hidrate y sin fragancia, los pacientes ya presentan cambios importantes en su piel”.

Luego de limpiar el rostro, es el momento de usar un sérum, que son maravillosos para el cuidado de la piel cuando los usamos correctamente, o cápsulas. Puede ser de vitamina C, que es un antioxidante que va a proteger la piel de los radicales libres que acumulamos a diario.

Después del serum, vendría un hidratante. Ideal sería el ácido hialurónico que crea una protección en la barrera natural de la piel, manteniendo la humectación que tenemos y por último y lo más importante es usar protección solar, que va ayudar a protegernos del daño del sol, incluso dentro de la casa u oficina.

Para la noche, hay que limpiar el rostro nuevamente, con el mismo limpiador hidratante. Se puede usar nuevamente hidratación con ácido hialurónico y si tienes más de 30 o 35 años, es recomendable el uso de un producto con retinol, que ayuda en la recuperación de la piel, y a lidiar con manchas y líneas de expresión.

La doctora Baum explica que esta es una rutina ideal básica con la cual no solo mantendremos nuestra piel hidratada, sino que aportaremos en protección, suavidad, y unificación del tono de la piel al prevenir manchas. Para finalizar, la experta destaca la importancia de hidratarnos también de adentro hacia afuera. De nada sirve usar los mejores y más variados productos si no estamos teniendo una hidratación y alimentación equilibrados. Esto es determinante para la salud de la piel.