Los casos de sarampión están aumentando en Estados Unidos. En el primer trimestre de este año, se registró un número de casos 17 veces mayor con respecto al promedio registrado durante el mismo período en los cuatro años anteriores, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). La mitad de las personas infectadas, principalmente niños, han sido hospitalizadas.
Y se espera que las cifras sigan empeorando, en gran medida porque cada vez más padres deciden no vacunar a sus hijos contra el sarampión y otras enfermedades como la polio y la tos ferina.
La importancia de vacunarse contra el sarampión
Puntos clave
En Estados Unidos hay más riesgo porque muchos padres deciden no vacunar a sus hijos.
Esto pone en peligro a las comunidades.
El sarampión puede ser grave y mortal.
Este año, el 80 % de los casos ha sido en personas no vacunadas o con un estatus de vacunación desconocido. Muchos padres han sido influenciados por una avalancha de desinformación difundida por políticos y personalidades en redes sociales, podcasts, y en la TV, que repiten falsas creencias, erosionando la confianza en la ciencia que respalda las vacunas infantiles de rutina.
A continuación, examinamos algunos mitos frecuentes de la retórica antivacunas y explicamos por qué está equivocada.
“No es para tanto”
Una idea errónea común es que las vacunas no son necesarias porque las enfermedades que previenen no son peligrosas u ocurren con muy poca frecuencia como para ser motivo de preocupación. Aunque se hayan reportado casos de sarampión en 19 estados, los escépticos acusan a funcionarios de salud pública y a los medios de comunicación de sembrar temor sobre la enfermedad sin fundamento.
Según los CDC, el sarampión resulta fatal en aproximadamente 2 de cada 1,000 niños infectados. Si este nivel de riesgo suena aceptable, vale la pena señalar que un número mucho mayor de niños con sarampión requieren hospitalización por neumonía y otras complicaciones serias.
Por cada 10 casos de sarampión, un niño con la enfermedad desarrolla una infección de oído que puede causar la pérdida auditiva permanente. Otro efecto extraño del virus es que puede destruir la inmunidad de una persona, y así afectar su capacidad para recuperarse de la gripe y otras afecciones comunes.
Las vacunas contra el sarampión han evitado la muerte de alrededor de 94 millones de personas, principalmente niños, en los últimos 50 años, según un análisis de abril de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Junto con las vacunas contra la polio y otras enfermedades, se estima que las vacunas han salvado 154 millones de vidas en todo el mundo. (Hola Doctor).