En 2016 uno de cada 10 cigarrillos era de contrabando, hoy uno de cada 3 cigarrillos lo son. Ya hay departamentos que consumen más cigarrillos de contrabando que legales y esta tendencia podría ser nacional. Este delito implica un gran problema para las rentas departamentales y para el aumento de la corrupción, el financiamiento de bandas criminales y la delincuencia común.
Los departamentos de la Costa Caribe generan gran preocupación. El promedio el consumo de cigarrillos ilegales sobrepasó la mitad del mercado con un registro del 67 %, 14 p.p. más que en 2019 y más de 30 p.p. por encima de la media del país. En Córdoba el consumo de cigarrillos ilegales alcanzó el 61 % del mercado. En La Guajira casi el 100 % de los cigarrillos es de contrabando. Su consumo en 2020 se ubicó en 97 %, después de que en 2019 era del 89 %.
La principal dificultad que tiene la industria legal de cigarrillos en Colombia es competir con los productos ilegales de contrabando que, al no pagar impuestos, son una opción más accesible en precio para los consumidores. De acuerdo con El estudio ‘Incidencia de Cigarrillos Ilegales en Colombia’ de la Federación Nacional de Departamentos (FND), realizado por INVAMER, el 84 % de los fumadores adultos adquiere marcas ilegales porque son más baratas.
La diferencia entre los precios de las marcas ilegales frente a las legales es hasta un 43 % por debajo, lo que las hace más atractivas para el consumidor. Hoy, una cajetilla legal de cigarrillos tiene un precio promedio de $6.483 pesos, mientras una ilegal sólo llega a $ 3.740.