Durante años mi esposo luchó con esa sensación constante de que un mal movimiento podía recrudecerle ese dolor de espalda tímido, pero constante que tenía. Y en efecto, cualquier acción fuera de la rutina normal -demasiado tiempo de pie, por ejemplo- podía intensificar el dolor que se quedaba instalado con síntomas agotadores: un dolor permanente, que a veces se convertía en punzadas agudas, rigidez constante y una limitación en su movilidad que hacía que cualquier tarea cotidiana se volviera un desafío.
Estar sentado por largo rato, molestaba; determinadas posiciones para dormir, lo hacían demasiado incómodo, hasta que llegó el momento en que caímos en cuenta que ya no eran unos días, sino que transcurrieron semanas. Aunque él pensaba que era un dolor normal por ocasionado por el sobrepeso o por la rutina diaria, el médico dio su veredicto. Se trata de dolor de espalda crónico y no es normal.
Casi todos sufrimos de dolor de espalda en algún momento de nuestra vida, pero muchos se resignan a sufrirlo toda la vida al fallar en encontrar una solución y esta falla se debe, principalmente a no tener claras las causas que están generando esta dolencia.
En primer lugar, el dolor de espalda agudo puede surgir poco a poco o aparecer de repente y puede durar algunos días o unas cuantas semanas, pero si permanece durante más de 12 semanas se le llama dolor de espalda crónico. Así se explica en el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, donde se especifica que es muy común.
Es cierto que el sobrepeso puede influir, aumentando la presión que sufren las estructuras del cuerpo, como la columna vertebral, pero no es el causante del dolor de espalda es solo un mito más que se ha establecido dentro de la cultura de las dietas.
Cualquier persona puede sufrir de dolor de espalda, pero nos hacemos más propensos en la medida que envejecemos; también si no tenemos buena condición física, pues no tener fuerza en los músculos no brinda el soporte necesario al cuerpo y a la espalda. Quienes se ejercitan demasiado también pueden ser más sensibles al dolor de espalda, así como también quienes hacen movimientos inadecuados o levantar incorrectamente objetos pesados.
Asimismo, el sedentarismo y el hábito de fumar también son factores de riesgo para sufrir de dolor de espalda; y hay que destacar que las personas que sufren de estrés y de trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad también son propensas a sufrir esta dolencia.
Aunque las causas más comunes del dolor de espalda son, entre muchas otras, distensión muscular, inflamaciones o roturas de los discos de la columna; artritis y osteoporosis es posible lidiar con él y aliviarlo.
Para prevenirlo, la especialista en fuerza y acondicionamiento y entrenadora de cuerpo y mente en deportes profesionales, Dana Santas, dice en un artículo de su autoría para CNN que, aunque existen diversos tratamientos y técnicas que ayudan a aliviarlo, se ha demostrado que el ejercicio es determinante para superar de esta dolencia y prevenirla.
De hecho, una investigación publicada en la revista médica JAMA Internal Medicine concluyó que “el ejercicio solo o en combinación con educación es eficaz para prevenir el dolor lumbar. Otras intervenciones, incluida la educación por sí sola, los cinturones lumbares y las plantillas de zapatos, no parecen prevenir el dolor lumbar”.
Santas recomienda la práctica diaria de actividad física, y que, así como todos somos diferentes y los dolores pueden ser causados por distintos factores, también hay que provocar con distintas disciplinas, hasta encontrar a la que mejor nos adaptemos.
Un ejercicio que recomienda es la caminata consciente, que consiste en caminar durante ocho a diez minutos poniendo atención a la sincronización de los movimientos y de nuestra respiración. Asimismo, recomienda estiramientos y evitar estar sentado por más de una hora.
Para aliviarlo, los médicos recomiendan, en primer lugar, visitar a un especialista que indique la estrategia a seguir, pero, además, el uso de compresas frías para aliviar el dolor y calientes para estimular la circulación sanguínea.
También hay que limitar las actividades que causan dolor o molestia mientras se alivia el dolor, así sea levantar una bolsa de supermercado, y luego ir incorporando las actividades regulares progresivamente.
También es útil optimizar nuestros hábitos de sueño y tratar de dormir en una posición que no incomode: de lado con una pierna flexionada y una almohada de soporte entre las rodillas alivia bastante.
Masajes y ejercicios adecuados para recuperarnos indicados por un fisioterapeuta, así como la electroterapia pueden ser muy útiles y, por supuesto, mantener una alimentación e hidratación equilibradas también.
Por último, es importante resaltar que, si el dolor de espalda provoca hormigueo o entumecimiento, no mejora con tratamiento, es causado por una caída o un golpe, o está acompañado de síntomas como dificultad para orinar, debilidad o fiebre, debe recurrir inmediatamente al médico. (Yahoo/vida y estilo).
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