La Universidad de La Guajira (UniGuajira) compartió con Curazao sus mejores prácticas en materia de cultivos de hortalizas, con el fin de ayudar al fortalecimiento de la seguridad alimentaria en esa isla.
Este intercambio de conocimientos fue posible gracias al aporte financiero y la coordinación técnica de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional APC-Colombia y del Ministerio de Desarrollo Económico de Curazao.
El tener condiciones ambientales y de suelos muy parecidos hizo posible que Curazao se interesara en la experiencia desarrollada por UniGuajira.
“El Gobierno del Presidente Iván Duque ha dado un impulso importante a la cooperación técnica con países del Caribe. Por ello desde la Agencia hemos dado relevancia a este proyecto que ha generado un impacto mayor al esperado inicialmente, respondiendo claramente a las dos necesidades prioritarias establecidas por Curazao: por una parte, impulsar la producción agropecuaria interna de tipo familiar y microempresarial, y por otro, dar opciones de consumo de verduras y hortalizas frescas y a la mano que contienen vitaminas y minerales importantes para la salud y el cuerpo humano”, afirmó la Directora de APC-Colombia, Ángela Ospina de Nicholls.
Por su parte Vanessa Toré, Directora de Cooperación Económica Internacional del país caribeño, dijo que “Colombia y Curazao tienen una historia larga de cooperación y comercio’.
‘Hemos firmado el memorando de entendimiento con Colombia que nos ha llevado a trabajar en áreas nunca exploradas, como es el caso del programa de seguridad alimentaria que cuenta con el apoyo técnico otorgado por Colombia a través de la Universidad de La Guajira”, sostuvo.
Como parte del proceso de ejecución de las actividades del proyecto, se realizaron talleres sobre producción de hortalizas a través de cultivos sin suelo en zona xerofítica, y en zona costera; talleres de capacitación en huerto familiar y cocina con enfoque en nutrición; y finalmente, se implementaron dos unidades productivas, para las cuales Colombia asesoró a Curazao, entre otros temas, sobre el uso de biofertilizantes sólidos, la adquisición de lombrices, la recolección de residuos, el montaje de las infraestructuras necesarias y los elementos requeridos para el funcionamiento de los cultivos.
El desarrollo de esta experiencia logró la capacitación de 156 personas -que a su vez han replicado la experiencia a 700 personas más- y a colegios comunitarios, los cuales han integrado estas técnicas y conocimientos a las materias agrícolas que dictan y benefician a más de 600 alumnos en cada ciclo educativo.