Una cesárea es una cirugía en la que el bebé nace a través de un corte que el médico realiza en el abdomen y el útero.
Aunque hoy en día en algunas sociedades muchas mujeres programan sus cesáreas en función de su “agenda”, se trata de una intervención médica compleja, que solo debe realizarse si la mujer tiene una condición médica o física por la cual el parto vaginal no es seguro para ella o para el bebé o bebés.
Puntos clave
Una cesárea es una cirugía para que el bebé nazca a través de un corte en el abdomen y el útero.
Se deben realizar solo si hay condiciones médicas o físicas que impiden el parto vaginal.
No deberían representar más del 15% del total de partos.
Si existen razones médicas para programar una cesárea, y no hay una emergencia, en general se espera hasta al menos la semana 39 de embarazo para realizarla.
El proveedor de atención médica puede decidir un parto por cesárea si:
El bebé está ubicado de nalgas, lo que vuelve peligroso el parto vaginal.
La madre tiene placenta previa o un problema con la placenta (cuando la placenta cubre total o parcialmente el útero).
La mujer tiene una infección no tratada o lesiones genitales abiertas causadas por el virus del herpes simple.
Si la madre vive con VIH.
Si tiene una afección de salud crónica que vuelve el parto vaginal riesgoso, como la diabetes o la hipertensión. La diabetes se produce cuando hay demasiado azúcar en la sangre. Esto puede dañar los órganos del cuerpo, como los vasos sanguíneos y los nervios. La presión arterial alta se produce cuando la fuerza de la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos es demasiado alta. Puede estresar el corazón y causar problemas durante el embarazo.
La mujer está esperando varios bebés (gemelos, trillizos o más).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los partos por cesárea no deberían representar más del 10 al 15 % del total de partos. Sin embargo, en la mayoría de los países las cesáreas llegan a más del 20 % e incluso hasta el 50% de los partos. (HolaDoctor).