En la mitología griega, la bestia de muchas cabezas Hidra tenía una halitosis tan severa que el hedor de su aliento era mortal para cualquiera que lo oliera.
Afortunadamente, nuestro aliento matutino quizás no es tan poderoso, aunque comer cebollas o ajo puede hacer que algunas personas compitan con la Hidra.
La halitosis tiene muchas causas (aparte de una mala higiene bucal) y puede indicar problemas en el intestino, los senos nasales e, incluso, el torrente sanguíneo. De hecho, incluso se pueden analizar muestras de aliento para realizar diagnósticos formales de problemas de salud.
Una condición que puede afectar el olor del aliento es la diabetes mellitus. Se trata de un trastorno metabólico en el que el azúcar (glucosa) no puede acceder a las células del cuerpo donde es necesaria para proporcionar energía y, por lo tanto, aumenta en el torrente sanguíneo.
Las bacterias y el aliento
Otra causa del mal aliento es el crecimiento excesivo de bacterias que producen malos olores.
Hay muchos rincones en la boca donde las bacterias se esconden, crecen y se pudren, especialmente las áreas difíciles de limpiar (entre los dientes y dentro y alrededor de las encías y la lengua) o lugares fuera de alcance, como en la parte de atrás de la boca y la garganta.
La garganta actúa como un pasaje para los alimentos, los líquidos y el aire. Algunos pacientes pueden desarrollar una condición llamada bolsa faríngea.
La sinusitis, que es una infección de las cavidades llenas de aire del cráneo, también puede gotear secreciones infectadas malolientes en la garganta, provocando mal aliento.
Pruebas de aliento
Los médicos pueden realizar pruebas de aliento en busca de bacterias para diagnosticar algunas afecciones de salud.
Por ejemplo, el Helicobacter pylori, una bacteria que puede irritar el intestino y provocar el desarrollo de úlceras potencialmente peligrosas, convierte el compuesto urea en dióxido de carbono.
Soluciones
Con frecuencia podemos acostumbrarnos al olor de nuestro propio aliento. Es posible que solo nos demos cuenta cuando se vuelve realmente malo o cuando hay otros síntomas, como mal sabor de boca. O cuando alguien reúne el coraje para finalmente decirnos que nuestro aliento huele mal.
Supongamos que alguien te ha dado la noticia: ¿qué haces ahora? Medidas simples pueden funcionar bien, incluida la ingesta regular de líquidos (la boca seca puede provocar mal aliento, así que asegúrate de beber suficiente agua) y realizar una buena higiene bucal.
Esto implica cepillarse los dientes, la lengua y usar hilo dental entre los dientes para eliminar bacterias, así como controles periódicos con el dentista. El enjuague bucal puede ser una solución temporal eficaz, pero hay pruebas de que una dieta rica en verduras de hojas verdes podría ser incluso mejor para contrarrestar el mal aliento.
Fumar es otra posible causa subyacente de la halitosis. Entonces, si quieres un aliento más dulce, abandona los cigarrillos: otra buena razón más para dejar de fumar. (Yahoo/vida y estilo).