La obesidad es una enfermedad que se genera por diversos factores de índole física, hormonal o a causa de factores genéticos, sin embargo, en muchos de los casos es el resultado de desequilibrios emocionales y es desencadenado gracias a sentimientos de tristeza, ansiedad, depresión o estrés, lo que lleva a que las personas consuman alimentos de manera exagerada, lo que expertos en Psicología denominan, Trastorno de la Conducta Alimentaria por Atracones.
El Trastorno de la conducta Alimentaria por Atracones se asocia a la ingesta excesiva de comida en un período corto de tiempo, las personas que lo sufren no pueden parar de comer o no pueden controlar la cantidad de alimentos que están consumiendo, en estos casos el consumo de alimentos suele ser más rápido de lo normal, se realiza aún sin tener sensación de hambre y después de comer en exceso se genera molestia, depresión o sentimiento de culpa.
Las personas que padecen este trastorno generalmente experimentan vergüenza por comer en exceso, son conscientes de que comen más de lo que necesita su cuerpo y se hacen promesas así mismas de controlar su ingesta, sin embargo, experimentan una fuerte compulsión que les impide resistirse a seguir con este patrón alimenticio.
Es importante señalar que, identificar un síntoma del trastorno en nuestra conducta alimentaria, no significa que lo padezcamos, por ello basándonos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales -DSM V, para poder decir que una persona tiene Trastorno de la conducta Alimentaria por Atracones es necesario que experimente sobre ingesta frecuente al menos una vez a la semana durante tres meses, con falta de control y acusados sentimientos de malestar psicológico y tres o más de los siguientes síntomas:
– Ingesta más rápida de lo normal
– Ingesta hasta sentirse inconfortablemente lleno
– Ingesta de grandes cantidades de alimento sin sentirse físicamente hambriento
– Ingesta en soledad por sentimientos de vergüenza asociados a la cantidad ingerida
– Sentimientos negativos sobre sí mismo (asco, depresión, culpa) posteriores a la ingesta
Es por ello que el programa de Psicología de Areandina Valledupar comparte una serie de consejos que pueden ayudarle a disminuir la ansiedad a la hora de consumir alimentos.
1. Tener un plan alimenticio adecuado. (Comer las comidas que el cuerpo necesita) esto ayuda a no sentir hambre real a diferentes horas.
2. Identificar qué se está pensando y qué emoción se tiene al querer comer. Esto ayuda a que se identifique si se come para evitar y/o afrontar la emoción presente
3. Haga un diario o auto registro: lleve un registro de lo que come y escriba los sentimientos que tuvo antes y después de comer.
4. Vincular a la familia y amigos en el plan de manejo de la ansiedad, comunicándoles lo que está realizando y pidiéndoles ayuda para controlar «los antojos o atracones».
5. Hacer un listado de actividades placenteras que puedan ser alternas a comer y le ayuden a enfrentar la emoción identificada en el punto 3. A través del diario o auto registro.
6. Respetar el plan de actividades propuestas en el listado del punto 4. Y no recurrir a la comida.
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