El pelo o cabello graso es una afección que ocurre cuando las glándulas sebáceas del cuero cabelludo producen demasiado aceite.
Es una de las formas de cabello más común, junto al «normal», seco o mixto. Aquí veremos por qué ocurre y qué opciones naturales pueden ser de ayuda para combatirlo.
Es común que el cabello graso ocurra junto a otras afecciones dermatológicas similares, como piel grasa o acné. Los factores de riesgo del cabello graso son:
Dietas ricas en carbohidratos, almidón o grasas, como embutidos, frituras, alimentos procesados, y comida rápida.
Cambios hormonales.
Estrés.
Mala higiene, especialmente no lavarse el cabello durante períodos prolongados de tiempo.
Uso de ciertos medicamentos, como pastillas anticonceptivas.
Qué productos usar para el cabello graso
Los mejores champús para el cabello graso son aquellos que no tienen sulfatos. Estos compuestos suelen utilizarse para aportar suavidad y brillo al cabello, aunque muchas veces acaban con los aceites naturales del cuero cabelludo. Eso obliga a las glándulas sebáceas a producir más sebo, lo que se traduce en un cabello graso.
Otras sustancias perjudiciales son las siliconas, como amodimeticona, ciclometicona o dimeticona, ya que pueden acumularse en el cabello y hacer que se vea sucio y pesado.
Puedes consultar a un dermatólogo para que evalúe tu cabello y te recomiende champús sin sulfatos o siliconas.
Otro factor determinante es el uso de acondicionadores, ya que estos productos pueden favorecer la acumulación de aceites en el cuero cabelludo. Si sueles usarlos, disminuye la frecuencia y asegúrate de aplicarlos solamente en las puntas del cabello, nunca desde la raíz.
También se aconseja evitar el uso de ceras, gominas o lacas para el cabello y permitir que este se seque al natural en lugar de usar secadores.
Frecuencia del lavado de cabello
Aunque el tipo de cabello puede clasificarse en categorías fijas, los cuidados que necesita son diferentes según cada persona, ya que todos tenemos hábitos, alimentaciones y factores genéticos distintos.
Por ejemplo, la frecuencia con que se lava el cabello es un aspecto que puede variar. En algunos casos es necesario lavarlo hasta una vez al día, ya que esto ayuda a eliminar el exceso de grasa y suciedad, así como los restos de otros productos del cuero cabelludo.
Sin embargo, si ya lo lavas una vez al día puede que ese sea el problema y sea necesario «estirar» la frecuencia del lavado.
Los expertos explican que en algunos casos el lavado excesivo puede despojar al cuero cabelludo de sus aceites naturales, por lo que produce sebo en exceso para evitar la deshidratación y sequedad.
Cómo lavar el cabello
Para muchos es una acción cotidiana, pero es muy común lavarse mal el cabello. Por ejemplo, las fricciones bruscas causan daño y es común que se usen cantidades excesivas o escasas de champú.
Lo ideal es utilizar dos cucharaditas, aunque esta medida dependerá del grosor, cantidad y longitud del cabello. Al momento de aplicarlo, concéntrate en el cuero cabelludo y no en las puntas.
Respecto a las fricciones, no solo debes tener cuidado al momento de enjuagar y lavar, sino también a la cotidianidad. Rascarte, cepillarte o peinarte bruscamente puede ocasionar irritación, daño y grasitud en el cabello.
Finalmente, la higiene del peine o cepillo es igual de importante que la del cabello. Procura limpiarlos con agua caliente después de usarlo para eliminar el exceso de suciedad, rastros de células muertas, jabón o champú.
Remedios naturales
Además de los cuidados y el uso de productos específicos al momento de lavar el cabello, la medicina tradicional dispone de opciones prácticas y sencillas para brindar protección contra la grasa en el cuero cabelludo.
A continuación, detallamos las opciones más populares y cómo utilizarlas:
Aloe vera o sábila
El aloe vera o sábila es una plata que pertenece a la familia Xanthorrhoeaceae. Se caracteriza por sus hojas triangulares de color verde grisáceo con pequeños dientes y un gel brillante en el interior.
Este último es el que puede aprovecharse con fines medicinales, específicamente para tratar el cabello graso.
Esto se debe a que tiene un importante contenido de vitaminas A, C y E, además de compuestos con propiedades antioxidantes. Esta combinación permite regular el pH del cabello y disminuir la producción de sebo.
Preparación
Podemos elaborar una mezcla para el cabello mezclando su gel con aceites esenciales de menta o naranja (esto potenciará los efectos astringentes y exfoliantes).
Para aplicar la preparación, solo debes humedecer el cabello y colocar a partir del cuero cabelludo hacia las puntas, luego cubre la cabeza con un gorro de ducha y deja actuar durante 20 a 30 minutos. Acaba enjuagando suavemente con agua tibia.
Cola de caballo
La cola de caballo (Equisetum arvense) es un arbusto que pertenece a la familia de las equisetáceas. Desde la medicina tradicional se suele utilizar su infusión para tratar la calvicie (ya que fortalece los folículos pilosos), aunque también es muy popular para combatir el cabello graso, gracias a sus propiedades astringentes.
Preparación
Puedes preparar una infusión de cola de caballo hirviéndola en agua (la proporción es una cucharada por media taza de agua). Tras dejarla reposar puedes verterla en un rociador y aplicarla directamente sobre las raíces del cabello.
Luego realiza masajes suaves para potenciar la absorción y una vez que seque deja actuar un par de horas o de ser posible toda la noche. Transcurrido ese tiempo, enjuaga con agua tibia.
Jugo de limón
El limón no solo es un popular cítrico para acompañar y saborizar muchos postres y platillos, también es un excelente insumo con propiedades medicinales.
Para tratar el cabello graso se destaca por sus efectos reguladores del pH, exfoliantes, y astringentes. Incluso existe evidencia que lo vincula con un mayor control de la producción de sebo.
Preparación
Puedes aprovechar el limón para tratar el pelo graso, pero es muy importante que no lo apliques directamente, ya que por su acidez puede causar efectos secundarios como irritación o picazón.
Procura combinarlo con agua (medio limón por vaso de agua) o miel (hasta conseguir una preparación consistente).
Extiende la mezcla, principalmente por el cuero cabelludo, y deja actuar entre 30 y 45 minutos. Luego enjuaga con agua tibia. (HolaDoctor.com).