Cada año, aproximadamente 550 millones de personas sufren enfermedades diarreicas por consumir alimentos insalubres. Entre las principales causas de esta contaminación se encuentra la Salmonella, un género bacteriano que constituye un grupo importante de patógenos, tanto para animales como para humanos. Aquí te contamos cómo se transmite, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirla.
El 10 de julio los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, identificaron un brote de 13 infecciones por Salmonella Newport en tres estados, que rápidamente escaló, hasta la fecha, a 212 casos, de los cuáles 31 requirieron hospitalización, en 23 estados.
Actualmente, las autoridades están entrevistando a los afectados para determinar que comieron y a que se vieron expuestos en las últimas semanas, ya que no se identificó una cadena específica de alimentos, restaurantes o supermercados como fuente del brote.
Los CDC no recomiendan que los consumidores eviten ningún alimento en particular, o que los restaurantes o minoristas dejen de servir ciertos platillos. Aunque sí señalan la necesidad de informar al departamento de salud local ante la presencia de cualquier síntoma. Aquí te ayudaremos a identificarlos:
Síntomas de la salmonelosis
La salmonelosis es una enfermedad provocada por Salmonella, frecuente durante el verano, y para la que aún no existe una vacuna.
La Salmonella está muy presente en animales domésticos y salvajes, como perros, gatos, pájaros, reptiles, aves de corral, cerdos y vacas. Por este motivo, su transmisión suele estar asociada al consumo de alimentos de origen animal contaminados. Sin embargo, también puede encontrarse en ciertas hortalizas contaminadas por el estiércol de esos animales.
También puede trasmitirse entre personas, por vía fecal-oral, o por el contacto con mascotas infectadas, las cuales no presentan signos de enfermedad. La salmonelosis se caracteriza por los siguientes síntomas:
• Aparición brusca de fiebre.
• Dolor o calambre abdominal.
• Diarrea.
• Escalofríos.
• Náuseas y vómitos.
Estas señales pueden manifestarse entre 6 y 72 horas tras la ingesta de Salmonella (aunque generalmente lo hacen luego de 12 a 36 horas). Los síntomas suelen ser leves y los pacientes se recuperan sin tratamiento, aunque existen casos de riesgo, como los niños, ancianos o personas con su sistema inmunológico comprometido, ya que la deshidratación que provoca esta enfermedad puede poner en peligro sus vidas.
Si el episodio de salmonelosis es grave, los profesionales de la salud pueden recomendar el uso de antibióticos, en los casos moderados o leves se busca evitarlo, ya que estos fármacos podrían no eliminar por completo la bacteria y seleccionar cepas resistentes, con lo cual el medicamento se volvería ineficaz.
Cómo prevenirla
Como señalamos en otro artículo de HolaDoctor, al momento de prevenir la transmisión de Salmonella son necesarias medidas de control en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción y elaboración, hasta la fabricación y preparación de alimentos, tanto en establecimientos comerciales como en casa.
Otro aspecto para tener en cuenta, es que, a simple vista, no es posible detectar un alimento contaminado con Salmonella, ya que la bacteria no afecta su sabor, apariencia, textura u olor. Por esta razón es necesario seguir una serie de normas de higiene:
Lavado
• Recuerda lavar tus manos por 20 segundos con agua y jabón, antes, durante y después de preparar los alimentos, y antes de comer.
• Las frutas y los vegetales, en especial los que están en contacto con la tierra, deben lavarse y refregarse antes de consumirse.
• Los utensilios, en especial las tablas de picar y cuchillos, se deben lavar usando agua caliente con jabón. Es importante mantener limpio el área de cocina.
Contaminación cruzada
La contaminación cruzada es el proceso por el cual los alimentos entran en contacto con sustancias ajenas, causando normalmente problemas para la salud. Para evitarla, separa la carne, pollo, mariscos y huevos de otros alimentos, como los vegetales, que pueden comerse crudos. Usa diferentes tablas, utensilios, y recipientes al momento de manipularlos o alojarlos.
Temperatura adecuada
La seguridad alimentaria es básica para evitar una contaminación. Al cocinar es necesario someter a temperaturas adecuadas a los alimentos para una lograr una buena cocción, de lo contrario, la Salmonella puede sobrevivir.
Sólo necesitas un termómetro de alimentos para medir las siguientes temperaturas internas:
Carne de res o puerco, pescado y jamón crudo: 145°F o 63°C.
Carne molida de res o puerco: 160°F o 71 °C.
Pollo o pavo, guisos y recalentados: 165° F o 74°C.
También existe lo que se conoce como «zona de peligro de la temperatura» (entre 40°F o 4°C y 140°F o 60°C), donde las bacterias encuentran condiciones propensas para multiplicarse rápidamente. Por ello, evita dejar tus preparaciones a esa temperatura por más de 2 horas.
Refrigeración
Una vez que tu preparación enfríe (puedes acelerar este proceso colocando las preparaciones calientes en un recipiente en baño maría con hielo y agua fría), refrigéralas rápidamente, para evitar su exposición a la «zona de peligro de la temperatura». Mantén tu refrigerador a menos de 40°F o 4 °C, y el congelador a 0°F o -18°C.
Descongela en forma segura los alimentos en tu refrigerador un día antes, al chorro del agua o en microondas.
Otros consejos
Evita el consumo de carnes, pescados o huevo crudos, como ceviche, sushi, mayonesa y ensalada césar, entre otros. Tampoco se aconseja el consumo de leche cruda y productos elaborados con la misma, en su lugar, recurre a la leche pasteurizada o hervida.
Si el agua es de salubridad dudosa, hiérvela, y evita consumir hielo a menos que sepas que están hechos con agua potable. (HolaDoctor.com).