Los conflictos armados, el cambio climático y las dificultares económicas acelerarán las crisis humanitarias alrededor del mundo en 2023, particularmente en una decena de países africanos y en dos latinoamericanos, Haití y Venezuela, según un estudio de la ONG Comité de Rescate Internacional (IRC).
El organismo, con sede en Nueva York, aseguró que el número de personas con necesidades humanitarias se ha disparado en la última década al pasar de 81 millones en 2014 a 339.2 millones para 2023 y las personas obligadas a huir de sus hogares subieron de 60 millones en 2014 a más de 100 millones en la actualidad.
En su reporte «Emergency Watchlist 2023», IRC ubica a 20 países con el mayor riesgo de deterioro en su situación humanitaria para el próximo año. La lista es bastante similar a la de 2022 y está compuesta por naciones afectadas por conflictos como Somalia, Etiopía, Afganistán y Ucrania, además de otras de África, Medio Oriente, Haití y Venezuela.
El estudio indica que la brecha entre necesidades humanitarias y financiación ha venido creciendo al punto que el déficit a nivel mundial a noviembre de 2022 ascendió a 27,000 millones de dólares.
«Los donantes no están respondiendo proporcionalmente a medida que crecen las necesidades humanitarias y, por lo tanto, de financiación», sostuvo la ONG creada en 1933 por iniciativa del renombrado físico alemán Albert Einstein, para ayudar a las personas perseguidas por las políticas raciales de Adolf Hitler.
«Y el resultado es que las comunidades afectadas por la crisis no pueden acceder a los servicios que necesitan para sobrevivir, recuperarse y reconstruir sus vidas», agregó.
El cambio climático está acelerando rápidamente las emergencias humanitarias, dijo el IRC, a pesar de que los 20 países de la lista tienen poca responsabilidad en el asunto al contribuir sólo con el 2% de las emisiones mundiales de CO2.
Los conflictos están aumentando, tanto en duración como en extensión, destruyendo los sistemas y servicios de los que dependen las comunidades, apuntó el estudio. Y la crisis económica, surgida por la invasión de Rusia a Ucrania y azuzada por la pandemia del coronavirus, está profundizando la inseguridad alimentaria.
«Haití entra en el top 10 de la Lista de Vigilancia debido a que la inestabilidad política, la violencia de pandillas, el aumento de la inseguridad alimentaria, los brotes de enfermedades y las crisis climáticas impulsan una rápida escalada de la crisis humanitaria», advirtió IRC.
Por primera vez en la historia, Haití registró al menos 19,000 personas enfrentando los peores y catastróficos niveles de inseguridad alimentaria en 2022 y se prevé que continúen en 2023. Además, IRC dijo que «es probable» que los casos de cólera sigan creciendo a medida que el país enfrenta su primer brote en más de tres años.
En cuanto a Venezuela, el Comité de Rescate Internacional (IRC) sostuvo que «las condiciones económicas seguirán impulsando las necesidades -incluida la inseguridad alimentaria- para muchos venezolanos a pesar de una ligera recuperación económica en 2022».
La inflación de alimentos se desaceleró al pasar del 1,500% en septiembre de 2021 a un 131 % en julio de 2022, pero sigue siendo la tercera tasa más alta del mundo después de Zimbabue y Líbano. El IRC estima que 12.3 millones -dos de cada cinco venezolanos- sufren de inseguridad alimentaria y 2.1 millones padecen inseguridad alimentaria potencialmente severa.
«Está previsto que la migración continúe en 2023, aunque a un ritmo más lento», advirtió el estudio. Según la ONU, unos 7.1 millones de venezolanos han abandonado su país por la prolongada crisis económica. La gran mayoría de ellos, permanece en Latinoamérica, aunque el 60 % no tiene acceso a servicios básicos, alimentación y empleo formal. (Reuters).