La adolescencia es un período de descubrimiento de la autonomía e identidad, así como una etapa en la que se cuestionan los límites en general.
Vivir estas nuevas experiencias es clave para el desarrollo del adolescente, aunque si se atraviesa sin control o apoyo de los padres, se pueden enfrentar a ciertos problemas, entre ellos, el consumo de sustancia que conduzcan a una adicción. Veamos todo sobre el abuso de drogas y cómo ayudar a que los adolescentes las eviten.
Una adicción es una enfermedad crónica del cerebro, que se caracteriza por la necesidad de buscar recompensa o alivio a través de sustancias u acciones.
Aunque las adicciones suelen relacionarse con el consumo de sustancias psicoactivas, también existen adicciones de otro tipo, como al juego, al sexo, a la televisión, al trabajo e incluso a Internet.
Las adicciones pueden afectar nuestra calidad de vida, causando problemas en ámbitos familiares, sociales, o laborales, ya que dificultan el control sobre la propia conducta y causan respuestas emocionales disfuncionales.
Los adolescentes y las drogas
Existen muchos motivos por los que un adolescente puede comenzar a usar drogas:
Calmar dolores o trastornos mentales.
Lidiar con problemas.
Socializar.
Superar cambios en la vida.
El alcohol, la marihuana y el tabaco son las sustancias más usadas por los adolescentes, aunque en los últimos años también se registró un aumento en el abuso de cigarrillos electrónicos, cocaína, éxtasis, metanfetamina, y opioides.
¿Las adicciones tienen origen genético?
Otros factores de riesgo que pueden influir en que el adolescente abuse de drogas son:
Antecedentes familiares de abuso de sustancias.
Antecedentes de eventos traumáticos.
Comportamientos impulsivos.
Enfermedades mentales, como depresión, ansiedad o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Poca o nula autoestima, así como sentimientos de rechazo social.
Muchos adolescentes pueden sentirse «indestructibles» y no considerar las consecuencias del abuso de sustancias:
Actividad sexual no segura.
Cambios en el rendimiento escolar.
Conducción en estado de ebriedad.
Drogodependencia.
Falta de criterio al momento de interactuar con otras personas.
Trastornos de salud mental.
Los efectos sobre el organismo dependerán según el tipo de sustancia que se consuma:
Alcohol: mayor riesgo de daño en el hígado y páncreas, sobrepeso u obesidad, alteraciones en los niveles de presión arterial y problemas del corazón.
Tabaco: mayor riesgo de accidente cerebrovascular, daño pulmonar y muchos tipos de cáncer, como de pulmón, garganta, o estómago, entre otros.
Cigarrillos electrónicos: exposición a sustancias nocivas, similar lo que ocurre al fumar cigarrillos tradicionales y un mayor riesgo de dependencia de nicotina.
Marihuana: mayor riesgo de deterioro de la memoria, el aprendizaje, la resolución de problemas y la concentración. Aumenta la probabilidad de psicosis, como esquizofrenia, alucinaciones o paranoia, cuando se consume de forma temprana, en exceso y durante períodos prolongados.
Cocaína: mayor riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y convulsiones.
Éxtasis: mayor riesgo de insuficiencia hepática y cardíaca.
Inhalantes: mayor riesgo de daño cardiovascular, pulmonar, hepático y renal.
Metanfetamina: mayor riesgo de conductas psicóticas cuando se usa a largo plazo en dosis altas.
Opioides: dificultades para respirar y un mayor riesgo de muerte por sobredosis.
¿Qué pueden hacer los padres?
Los padres cumplen un rol fundamental en la vida de sus hijos, y pueden ayudarlos a atravesar la adolescencia de la mejor manera, previniendo que abusen de drogas. Para eso, los expertos explican que es clave:
Conocer las actividades de los hijos.
Conocer a los amigos o el entorno de los hijos.
Establecer reglas y castigos con respecto a las nuevas salidas, como por ejemplo, las fiestas.
Llevar un registro de los medicamentos que hay en la casa.
Brindar apoyo, alentarlos cuando tengan éxito, fortalecer el vínculo con ellos y dar un buen ejemplo.
La comunicación también es importante y las conversaciones que tienes hoy pueden ser útiles en un futuro.
Los especialistas promueven que los padres discutan con sus hijos por qué no deben consumir drogas, y les expliquen formas de resistir o escapar a la presión de sus compañeros.
También es importante conocer cuál es el punto de vista de ellos con respecto al uso de drogas. Si esta tarea se torna difícil, siempre se puede recurrir a un profesional de la salud.
Cómo afectan al cerebro adolescente las sustancias psicoactivas
Finalmente, ten en cuenta que existen muchas señales físicas y comportamientos que indican uso drogas. Aprender sobre ellas te permitirá ayudar a tus hijos ante posibles adicciones:
Cambios repentinos o drásticos en las amistades, hábitos alimenticios, patrones de sueño, apariencia física, coordinación o rendimiento escolar.
Comportamiento irresponsable, mal humor, irritabilidad y falta de interés general.
Romper las reglas o los vínculos con la familia.
Presencia de envases de medicamentos (sin que exista una enfermedad) u otras drogas en la habitación del adolescente.
Pronunciación lenta o deficiente, o, por el contrario, hablar de manera rápida.
Pupilas dilatadas o muy pequeñas.
Tos que no desaparece. (HolaDoctor.com).
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