La exfoliación es un proceso de renovación celular, que consiste en eliminar las células muertas, suciedad e impurezas que se acumulan en la superficie de la piel.
También puede mejorar la apariencia de la piel y aumentar la circulación sanguínea. Conoce aquí cuáles son las técnicas, productos y remedios caseros más adecuados para exfoliar cada tipo de piel.
Productos para exfoliar la piel
Para mantener la piel libre de impurezas se pueden utilizar diferentes productos o compuestos que ayudan a exfoliar la superficie cutánea:
Cepillos exfoliantes
Suelen ser aparatos con accesorios intercambiables (como cerdas, piedra pómez o esponja facial) ideales para retirar la piel muerta e impurezas.
También puede ser un cepillo tradicional con cerdas especiales para garantizar una correcta eliminación de la suciedad en la piel. Los cepillos exfoliantes pueden utilizarse tanto en seco como con geles.
Esponjas exfoliantes
Suelen ser esponjas elaboradas con fibras naturales de calabazas, enriquecidas con algodón o lino, o desarrolladas con fibras más finas que las esponjas comunes.
Para usarlas solo debes aplicarlas por el cuerpo como si estuvieras realizando un masaje, pero nunca en seco, sino durante o después de la ducha, con jabón o geles de baño.
Una vez finalizas el procedimiento, recuerda humectar tu piel.
Guantes exfoliantes
Estos suelen estar elaborados con materiales similares a los de los cepillos o esponjas. Sin embargo, se muestran más prácticos para realizar los masajes y exfoliar áreas grandes de piel.
Solo debes colocártelos, enjuagarlos con jabón o gel de baño y realizar masajes circulaciones en la cadera, glúteo, vientre, tobillo, codo o espalda.
-hidroxiácidos (AHA)
Los AHA son compuestos que eliminan las uniones entre las células cutáneas muertas y la superficie de la piel. Entre los más comunes hallamos:
Ácido cítrico: proviene de los cítricos, por lo que se destaca por sus propiedades antibacterianas y antioxidantes. Suele ser ingrediente de protectores y lociones solares, así como de productos contra el acné.
Ácido glicólico: no solo retira las impurezas de la piel, también reduce el daño provocado por los rayos UV, hiperpigmentación y la aparición de arrugas.
Ácido láctico: es de acción similar que el ácido glicólico, aunque más leve.
Ácido mandélico: es otra forma de reducir la hiperpigmentación y los daños por el sol, aunque de absorción más lenta que las opciones anteriores.
Para evitar cualquier complicación, el uso de cada uno de estos compuestos deberá ser recomendado y supervisado por un dermatólogo.
Beta-hidroxiácidos (BHA)
Entre los BHA encontramos al beta hidroxilo o al ácido salicílico. Actúan de forma similar que los AHA, aunque suelen ser más recomendados para el acné o piel grasa.
Exfoliación según el tipo de piel
Con sus aproximadamente 2 metros cuadrados de extensión, la piel es el órgano más grande del cuerpo. Entre otras funciones, se encarga de:
Actuar como barrera protectora contra agentes extraños.
Funcionar como regulador de temperatura.
Funcionar como receptor.
Mantener íntegras las estructuras del organismo.
Existen muchos tipos de piel, que a su vez están influenciados por distintos factores alimenticios, regionales y genéticos. Repasemos cómo exfoliar cada una de ellas:
Piel normal
Se considera «normal» a la piel que no presenta complicaciones o trastornos como acné, irritación, resequedad o sensibilidad.
Son casos ideales para probar cualquiera de los productos o técnicas antes desarrolladas, aunque será necesario probarlos poco a poco para saber cómo reacciona la piel:
Si decides usar guantes, esponjas o cepillos, procura aplicar masajes suaves y circulares.
En el caso de los compuestos químicos, puedes valerte de un pincel para aplicar trazos cortos, dejar exfoliar durante 30 segundos aproximadamente y enjuagar con agua tibia.
Nunca debes exfoliar sobre piel dañada con quemaduras, cortes o heridas expuestas.
Siempre deberás aplicar un humectante cuando finalices la exfoliación.
Piel seca
También llamada xerosis, en este caso la piel suele encontrarse tensa, pálida y agrietada. Esto puede deberse a una mala hidratación, ambientes secos, no lavarse las manos con frecuencia o sufrir alteraciones en la capa hidrolipídica que protege la piel (conformada por agua y una sustancia grasa llamada sebo).
Lo ideal para este caso suelen ser los AHA, particularmente el ácido glicólico, aunque lo mejor es consultar a un experto.
Se aconseja evitar la exfoliación mecánica, es decir, con esponjas, guantes o cepillos, ya que puede causar lastimaduras e irritación.
Piel grasa
La piel grasa suele destacarse por su grosor, aspecto opaco y poros dilatados, que generalmente se deben al exceso de sebo.
Recomendaciones para el cuidado de la piel en casa
En este caso optar por cepillos, guantes o esponjas exfoliadoras suele ser la mejor opción.
Piel mixta
Se entiende como piel mixta a los casos en los que surgen alteraciones en la susceptibilidad de la piel dependiendo las zonas del rostro.
Por ejemplo, las áreas con mayor presencia grasa suelen ser la frente, nariz y mentón, (mejor conocida como zona T), mientras que el resto presenta un mayor estado seco.
Para este caso lo ideal es alterar entre exfoliación mecánica y química, aunque nunca deben realizarse ambos procedimientos en un mismo día.
Remedios caseros para exfoliar
Tradicionalmente, se han realizado combinaciones de productos que podemos hallar en nuestra alacena con el objetivo de remover la piel muerta y las impurezas. Las siguientes preparaciones se caracterizan por sus propiedades exfoliantes:
Aceite de oliva y azúcar.
Aceite de oliva y sal fina.
Avena con leche en polvo y maicena.
Crema humectante con café molido.
Jugo de limón con azúcar.
Leche, banana y avena.
Miel y almendras.
Yogurt y sal fina.
Con estas preparaciones se busca lograr un agente abrasivo para aplicar en la piel previamente humedecida (de lo contrario se pueden dañar los capilares).
Para usarlo solo debes lograr una consistencia pastosa y aplicar con movimiento circulares leves en la zona que desees tratar.
Deja actuar durante algunos minutos, retira con agua tibia suavemente, seca muy bien y finalizada aplicando un humectante.
Precauciones
Algunos exfoliantes, especialmente los químicos, suelen ser más fuertes que otros, por lo que la frecuencia con que lo apliques es clave para lograr buenos resultados y no dañar la piel.
Si bien el tipo de piel influye en el tratamiento, generalmente una o dos exfoliaciones semanales son más que suficientes para la piel seca, mientras que para la grasa puede ascender hasta tres o cuatro veces.
Además, debes abandonar la exfoliación si se presenta inflamación, descamación excesiva, enrojecimiento o irritación.
Recuerda, consultar a un dermatólogo es la mejor manera de conocer los productos más adecuados para tu tipo de piel y la frecuencia con que debes exfoliarte. (HolaDoctor.com).
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