Muchas personas mayores pasan sus años de vejez sin experimentar demencia. De hecho, no es una condición normal del proceso de envejecimiento típico, según aclaran los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades.
Si bien la edad es un factor de riesgo, también lo son las deficiencias hormonales, sufrir de traumatismos craneoencefálicos, factores genéticos entre otros, con lo cual cualquier persona podría ser diagnosticado con demencia, no solo los adultos mayores, de manera que resulta de interés conocer cuáles son las herramientas que tenemos para prevenirla y cómo podemos protegernos de padecerla.
En virtud de ello, una investigación ha encontrado que ciertos rasgos de personalidad pueden protegernos de la demencia que, en esencia, es la alteración de nuestras capacidades para pensar, recordar, tomar decisiones y esto interviene profundamente en nuestra vida cotidiana. Se asocia con la pérdida de la memoria y el deterioro cognitivo, con lo cual se ha establecido que el entrenamiento de la mente, con actividades y juegos adecuados, así como una dieta saludable y la actividad física frecuente, son elementos determinantes en su prevención.
La investigación, publicada en la revista científica Alzheimer’s & Dementia se enfoca principalmente en cinco grandes rasgos que son la escrupulosidad, la extraversión, la apertura a las experiencias, el neuroticismo y la amabilidad.
Para llegar a sus conclusiones, los científicos compraron los datos de ocho estudios que reunían la información de un total de 44 000 participantes, de los cuales 1703 fueron diagnosticados con demencia. Teniendo en cuenta factores como la satisfacción ante la vida, su perspectiva con relación al futuro y el bienestar de los individuos, se enfocaron en sus rasgos de personalidad y concluyeron que los factores psicosociales son fuertes predictores del diagnóstico de demencia.
Si bien en las investigaciones revisadas encontraron que un mayor nivel de neuroticismo, se asociaba a más probabilidades de ser diagnosticado con demencia, y que los más escrupulosos a menores probabilidades de desarrollarla se preguntaron como podían relacionarse estos factores con el diagnóstico de demencia y el hallazgo de marcadores de demencia en las autopsias.
La disparidad no estaba relacionada con lesiones físicas en el tejido cerebral halladas en pacientes con demencia, sino más bien con la manera en que ciertos aspectos de la personalidad contribuyen a que las personas superen las limitaciones asociadas con la demencia.
En una entrevista a las autoras del estudio se destaca que, dados los hallazgos, una manera de reducir el riesgo de demencia podría ser enfocarse en los rasgos de la personalidad para lograr cambios que puedan ser útiles para el enfoque que se tiene sobre la salud.
“El neuroticismo está relacionado con la disminución de la demencia, y las personas con neuroticismo son más propensas a la ansiedad, el mal humor y la preocupación, mientras que las personas conscientes son más propensas a hacer ejercicio, concertar y asistir a citas de salud preventiva y beber menos… así que tal vez ahí es donde una intervención podría ser útil para mejorar los comportamientos de salud de una persona y obtener mejores resultados de salud”, dijo Eileen Graham, la autora principal del estudio.
Finalmente, descubrieron que el riesgo de ser diagnosticado con demencia se relacionaba con puntuaciones elevadas en rasgos negativos, como neuroticismo y afecto negativo, así como con puntuaciones bajas en rasgos positivos como escrupulosidad, extraversión y afecto positivo. Rasgos como la experiencia, la amabilidad y la satisfacción con la vida se asociaron con un efecto protector. (Yahoo/vida y estilo).