Hasta Ayacucho, corregimiento de La Gloria en el sur del Cesar, y Veracruz, en el norte de La Guajira, ambos sitios golpeados por la violencia armada, llegaron las conmemoraciones que buscan crear entornos protectores y así evitar que los menores sean reclutados por los grupos armados al margen de la ley.
Tal como lo explicó Víctor Hugo Mosquera Galvis, director territorial de la Unidad de Víctimas, en esta región del país la idea es que la institucionalidad con sus programas de prevención llegue hasta los sitios más recónditos.
“Esta conmemoración de las Manos Rojas debe ser permanente y llegar a todas las instituciones educativas y los hogares; en especial a los lugares más alejados porque debemos enseñarles a los niños y a sus padres que el reclutamiento de menores es una amenaza y hay que hacerle frente”, dijo Mosquera Galvis.
Las jornadas se centraron en charlas lúdicas acerca de los derechos de los menores, los entornos protectores y el mensaje de las manos rojas en el telón, que connota una petición a los armados de: “paren ya con el reclutamiento”.