¿Cuánto hace que no tomo sol? Ni me acuerdo. Me dijeron que el sol me causa manchas y arrugas, así que no salgo sin protector solar. Pero últimamente escucho cada vez más que necesito la «vitamina del sol», la famosa vitamina D. Parece contradictorio, ¿verdad? Siento que mi piel está más seca, mis defensas están más bajas y, a pesar de usar toda una rutina de cosméticos, mi piel no mejora, ¿tendrá que ver con esta dichosa vitamina o todos esos antioxidantes que mis amigas toman y yo no?
Perimenopausia: más allá de las hormonas
Más allá de lo que aplicamos en la piel, nuestra salud depende en gran medida de lo que ingerimos. Durante la perimenopausia —la etapa de transición que precede a la menopausia y puede durar entre 2 y 10 años—, esto cobra aún más relevancia, ya que los estrógenos juegan un papel clave en el mantenimiento de la juventud y el equilibrio hormonal.
Sin embargo, a medida que avanza esta etapa, el desgaste progresivo provocado por el estrés oxidativo inicial y la inflamación crónica afecta la función hormonal de manera significativa, acelerando el envejecimiento celular. Este proceso, que ha estado ocurriendo en silencio durante años, no solo afecta a las hormonas, sino también el sistema nervioso, la función metabólica y la respuesta inmune.
Alimentos que te ayudan a combatir la inflamación durante la perimenopausia
Tal vez intentaste cambiar tu alimentación, mejorar tu rutina de sueño o aumentar el ejercicio, pero sigues sintiéndote apagada y sin vitalidad. No es tu imaginación. Los estudios han demostrado que las mujeres en perimenopausia presentan niveles elevados de estrés oxidativo, lo que afecta la producción hormonal y el equilibrio de los neurotransmisores. A nivel cerebral, este daño interfiere con la neuroplasticidad y con el sistema límbico, el centro de control de nuestras emociones.
La importancia de la vitamina D y los antioxidantes en la perimenopausia
Uno de los grandes errores es pensar que la oxidación y la inflamación son simplemente una consecuencia natural del envejecimiento. En realidad, estos procesos pueden verse agravados por una combinación de factores: Envejecimiento celular y menor capacidad antioxidante natural; Exposición a toxinas ambientales y estrés crónico; dieta baja en antioxidantes y grasas saludables y poca exposición solar y niveles bajos de vitamina D.
Todo sobre los antioxidantes, aliados de nuestra salud y nuestra longevidad
Lo mismo ocurre con los antioxidantes. Aunque los consumas a través de la alimentación o suplementos, si el sistema digestivo presenta inflamación, disbiosis o problemas en la producción de bilis y enzimas digestivas, su absorción y biodisponibilidad se reducen. Esto puede afectar la capacidad del cuerpo para neutralizar el estrés oxidativo y reducir la inflamación.
La clave está en la alimentación y los nutrientes adecuados
Pero ¿cómo reducir la inflamación? Para reducir el estrés oxidativo y la inflamación, es esencial incluir en la alimentación nutrientes clave que protejan las células, optimicen la producción de hormonas y equilibren el sistema nervioso.
La vitamina D modula la inflamación al regular la producción de citoquinas proinflamatorias, mientras que los antioxidantes ayudan a prevenir el daño que activa el sistema inmune. (Hola.com).