Entre el 15 y el 20 % de las parejas en edad reproductiva tienen problemas para conseguir el embarazo. Así, una de cada seis está en esta situación. El porcentaje se ha elevado en los últimos diez años, debido a distintos factores, según señalan los especialistas, como llevar hábitos de vida poco saludables, el sobrepeso, la contaminación ambiental y algunas enfermedades.
También influye mucho la edad en que las parejas se plantean tener un hijo por primera vez. Hay que tener en cuenta que «la tasa mayor de fertilidad femenina se da antes de los 30 años. A medida que pasan los años, la fertilidad va decreciendo por la disminución de la reserva ovárica y por la alteración de la calidad de los ovocitos. Con el paso del tiempo van apareciendo alteraciones cromosómicas que dificultan el embarazo y aumentan las tasas de aborto”, comenta la Dra. María Teresa Draper, médico experto en reproducción y responsable de la clínica de reproducción asistida Ginemed Barcelona.
Enfermedades crónicas o graves que afectan a la posibilidad de embarazo
Más allá de los problemas ginecológicos o que tienen que ver con el proceso reproductivo, hay una serie de patologías que pueden influir negativamente en la posibilidad de embarazo. Son enfermedades crónicas o graves, tanto en el hombre como en la mujer, que tienen un gran impacto. Son estas, tal como detalla la especialista:
Alteraciones de la glándula tiroides. «La glándula tiroides controla el buen funcionamiento de las hormonas sexuales, por lo tanto, es fundamental en la función de los ovarios y la maduración de los óvulos, pero también en la función espermática, abortos, etc. Especialmente el hipotiroidismo debe ser tratado con suplementos hormonales o bien de iodo y con una dieta rica en iodo presente en alimentos como el pescado, pan, huevos, leche …
Por su parte, la tiroiditis de Hashimoto que cursa con alteración inmunológica con anticuerpos altos, incide en la implantación embrionaria y en la ovulación», advierte.
Enfermedades autoinmunes que se cronifican y producen inflamación crónica, como lupus eritematoso, tiroiditis de Hashimoto o artritis reumatoide, «afectan a la capacidad de implantación embrionaria y al buen funcionamiento reproductivo».
Epilepsia y otros procesos neurológicos, por los fármacos que se utilizan para el tratamiento. En estos casos, cuando se planea el embarazo es muy importante que paciente, ginecólogo y especialista estén alineados para intentarlo en una época de remisión de la enfermedad y con los fármacos adaptados a ese momento.
Tratamientos oncológicos y fertilidad
Algunos tratamientos oncológicos pueden dañar la reserva ovárica o espermática, por eso, siempre que es posible, se intenta que los afectados hagan una reserva de gametos antes de comenzar con el proceso.
Alteraciones ligadas al aparato reproductor en mujeres
Al margen de estas, los problemas para concebir pueden venir directamente de alteraciones en el aparato reproductor de hombre o mujer, o que tienen mucha incidencia sobre este. En el caso de las mujeres, el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) es un trastorno endocrino que puede causar dificultades significativas en la vida reproductiva. “Debido al desequilibrio hormonal que provoca la falta de ovulación regular, el 75 % de las mujeres que padecen SOP presenta dificultad en conseguir un embarazo”, detalla la especialista. (Hola.com).