Noticia buena y noticia mala. La mala, para empezar por lo peor, es que cualquier persona puede sufrir de cáncer. La buena es que, en muchos los casos, si se diagnostica a tiempo, puede tratarse. Según el Instituto Nacional de Cáncer, la mayoría son causados por cambios que ocurren lo largo de la vida como consecuencia natural del envejecimiento, o por exposición a factores externos como el tabaco, por ejemplo.
Y, aunque es cierto que hay factores de riesgo, como el que tienen quienes consumen alcohol en exceso, quienes padecen de inflamación crónica o de obesidad, también es cierto que la ciencia trabaja duro para dar con tratamientos cada vez más eficaces y soluciones oportunas, que han hecho que algunos tipos de cáncer, sean más fáciles de tratar.
Uno de ellos es el cáncer testicular, el cual puede tratarse e incluso curarse si se diagnostica a tiempo. Según se explica en la Asociación Americana del Cáncer, este cáncer tiene lugar cuando las células en los testículos crecen de manera descontrolada, con lo cual el organismo no funciona de la manera en que debería. Al existir distintos tipos de células en la zona, pueden existir distintos tipos de cáncer, pero el más común ocurre en las células que producen el esperma.
El asunto está en que las células pueden propagarse a otros lugares del cuerpo, que es cuando se habla de metástasis, y de allí la importancia de actuar rápido en cuanto a diagnóstico y tratamiento y para ello es fundamental saber qué factores son determinantes en su aparición.
El doctor Javier García del Muro, de la Unidad de Cáncer Genitourinario del Instituto Oncológico de Hospital Quirónsalud, en Barcelona, España, dice en un comunicado que existen tres factores que pueden predisponer a los pacientes a padecer cáncer testicular y son el criptorquidismo, es decir, testículo no descendido; tener historia familiar de cáncer testicular o presencia de tumor testicular contralateral.
Además, García destaca que, aunque puede ser indoloro, sí hay cambios notorios que deben conducir al paciente al médico inmediatamente. “Es recomendable realizar una autoexploración periódica para detectar cualquier posible zona irregular, más dura, o bien algún abultamiento, hinchazón o agrandamiento del testículo. En el caso de que esto suceda, no hay que infravalorarlo y debe acudirse al urólogo lo antes posible para realizar un correcto diagnóstico”, dice y agrega que, aunque se trata de un cáncer con una tasa alta de curación, evoluciona rápidamente, por lo cual no hay que esperar a que duela para ir al médico. (Yahoo/ vida y estilo).