A veces los medios, específicamente las redes sociales, pueden hacernos sentir estresados y hasta paranoicos acerca de fluctuaciones de valores en nuestro cuerpo que son normales.
Influencers, casi expertos y entusiastas de las culturas de las dietas ofrecen contenido advirtiendo diabetes a diestra y siniestra y alertando sobre los niveles de azúcar que pueden elevarse hasta por respirar.
Si bien es importante incentivar una vida saludable, una alimentación equilibrada, y la práctica de actividad física, también es importante conocer los valores normales en sangre y confiar en las señales que arroja nuestro cuerpo sobre nuestra salud. De manera que lo correcto y prudente es estimular a los seguidores a visitar al médico con regularidad y que sean los especialistas quienes hagan diagnósticos e impartan tratamientos y recomendaciones, más aún si observamos algunas señales en nuestro cuerpo que pueden ser signo de alerta.
No todos debemos suprimir al máximo los carbohidratos, pues estos son excelentes aliados para ganar energía; ni todos debemos cuidar de forma estricta las grasas en nuestra dieta, estas son esenciales para que el organismo funcione correctamente. Lo ideal es mantener el equilibrio para preservar nuestra salud y observar esos síntomas y señales que pueden estarnos anunciando que algo no está del todo bien.
Qué es lo normal
Como hemos mencionado en otras ocasiones, todos somos diferentes. De ahí la importancia de seguir planes nutricionales individualizados en caso de requerirlos, y no solo ocurre con la alimentación: para todos los cuidados de salud, sean de la piel, del cabello, pélvicos, cardiacos, todos tenemos una historia, un contexto y una genética distinta, con lo cual no hay un solo valor exacto que indique la normalidad, sino rangos.
En el caso del azúcar funciona de la misma manera. Según los Centros de Control y Prevención para las Enfermedades, si su médico sospecha que tiene un descontrol en sus niveles de azúcar le indicará tres test fundamentales. Una para medir el nivel promedio de la sangre; otra para medir el nivel del azúcar en la sangre en ayunas, donde los valores de 99 mg/dl o menores son normales, los de 100 a 125 mg/dl indican que tiene prediabetes y los de 126 mg/dl o mayores indican que tiene diabetes; y una prueba de tolerancia a la glucosa, cuyo resultado debe ser 140 mg/dl o menor, para considerarse normal.
Pero, además, nuestro cuerpo también arroja señales notorias que nos indican que debemos tomar acciones inmediatas para revisar nuestros niveles de azúcar en la sangre. Eric Tam, MD, médico de atención primaria en California consultado por The Healthy, dice que cuando los valores de azúcar en la sangre están muy altos, el cuerpo lucha por eliminar ese exceso y esto genera una variedad de síntomas y además, se dice que a la larga esto puede provocar daños importantes al organismo, con enfermedades cardiacas, renales, nerviosas y hasta de visión.
En Healthline indican que algunas de las señales que arroja el cuerpo son sed extrema, micción frecuente, fatiga, hambre constante, visión borrosa, cicatrización lenta, e infecciones frecuentes.
La sed excesiva ocurre porque el cuerpo intenta eliminar el azúcar a través de la orina, y justamente orinar frecuentemente es uno de esos signos. Adicionalmente, los niveles altos de azúcar en la sangre afectan en la capacidad del organismo de usar correctamente la glucosa como fuente de energía. Y como las células no están recibiendo la glucosa adecuadamente se produce hambre constante.
Asimismo, cuando el cuerpo no cuenta con la glucosa de forma adecuada, puede comenzar a gastar grasas y proteínas lo que provoca la inexplicable pérdida de peso. También esto afecta la forma en la que funciona nuestra visión y, por si fuera poco, se debilita el sistema inmune, con lo cual aumenta el riesgo de contraer infecciones, especialmente urinarias y de la piel que se torna seca. Pérdida de cabello, hinchazón de las extremidades y mal aliento, que si es dulzón puede estar indicando la diabetes no controlada.
Debemos tener en cuenta que muchos de estos síntomas pueden variar de intensidad, pueden no presentarse todos, pueden ser signos de otras afecciones, y pueden ser distintos de persona a persona. Con lo cual, si se tiene la sospecha de que algo no está del todo bien, se debe consultar al médico para que preste la guía adecuada. (Yahoo/vida y estilo).