De cada cita anual con mi médico primario se genera un reporte. Siempre es más o menos igual: a cuidar el aumento de peso y poner atención a los niveles de colesterol que están un poquito altos; pero este año aparecía una observación diferente en los pendientes por atender en los próximos meses, hay que poner la vacuna contra la culebrilla.
¿Culebrilla? Pero si eso es algo que no le da a todo el mundo, y a quien le da suele recurrir a remedios caseros preparados con plantas, alguna crema y listo. Por qué es tan importante ahora y de qué se trata.
Para empezar, es importante aclarar que estamos hablando de la misma culebrilla que da a cualquiera antes de los 50 años, pero después de esta edad los riesgos pueden ser más importantes. Esa culebrilla también es conocida como herpes zóster, y según Medline Plus, publicación de la Biblioteca Nacional de Estados Unidos, es causada por el mismo virus que causa la varicela o lechina, el varicela-zoster, y luego de haber sufrido esta enfermedad este virus se queda en nuestro organismo, como dormido.
Sin embargo, en la medida que envejecemos puede reactivarse causando la terrible culebrilla o herpes zóster, que consiste en un zarpullido sumamente doloroso que además se presenta con comezón y suele aparecer en un solo lado del cuerpo, en una fila de minúsculas llagas o ampollas. También puede aparecer en el rostro, y en este caso puede afectar el ojo e incluso causar pérdida de la visión, y si aparece dentro de los oídos o cerca de las orejas, puede causar problemas en la audición o de equilibrio, según advierten los Centros de Control y Prevención para las Enfermedades.
Lo que se siente en los primeros síntomas es como un hormigueo en la zona donde van a aparecer las ampollas, también puede sentirse un escozor y fiebre hasta que se presente el doloroso zarpullido. Además, pueden aparecer dolor de cabeza, escalofríos y malestar estomacal.
El problema está en que después de los 50 años es más frecuente que aparezca y también que sus consecuencias sean mucho más intensas. Y aunque puede ocurrirle a cualquiera que haya tenido varicela o lechina a lo largo de su vida, hay personas que tienen mayor riesgo de sufrirla: quienes tienen un sistema inmune frágil por alguna enfermedad, como el VIH, o por la ingesta de algún tratamiento médico; y quienes padecen ciertos tipos de cáncer.
Ahora bien, la razón por la cual a los mayores de 50 no nos basta con el tratamiento casero, es porque, en realidad, no son las plantas las que curan la enfermedad; es el tiempo. El doctor Jorge Padilla, médico dermatólogo explica que esta enfermedad es autolimitada, es decir, se quita sola. En promedio, las ampollas se van secando a lo largo de 10 a 12 días, justamente el tiempo que transcurre con los tratamientos caseros con yerbas.
Lo adecuado es que, apenas tengamos los primeros síntomas, acudamos al especialista que después del diagnóstico recetará medicamentos antivirales, para procurar que la enfermedad sea más leve o dure menos tiempo; así como algunos tratamientos tópicos para el dolor y la picazón. De hecho, Padilla explica que los medicamentos buscarán que los nervios afectados se desinflamen y, sobre todo, no aparezca neuralgia post herpética, que es un dolor que puede permanecer por muchos años en el lugar donde aparecieron las lesiones.
Para quienes tienen más de 50, la mala noticia es que con el envejecimiento el sistema inmunitario se va debilitando, así como por afecciones crónicas, lo cual explica que sea más frecuente en esta población.
Además, Padilla agrega que, aunque la enfermedad se caracteriza por aparecer de un solo lado, que salgan las pequeñas ampollas en otras zonas del cuerpo es signo de que el organismo no está respondiendo adecuadamente para sanar y se está extendiendo la infección lo cual puede generar problemas como infecciones pulmonares, eccemas, y hasta inflamación cerebral, pero calma, esto no es común. (Yahoo/vida y Estilo).