Al conmemorar el Día del Campesino, la Defensoría del Pueblo hace un llamado urgente para que el Gobierno Nacional y los entes territoriales se preparen para los efectos derivados del fenómeno de El Niño, que se será dominante entre junio y agosto de este año, según la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA), y que se sentirán con mayor fuerza en cultivos como el café, los cítricos, las hortalizas y el aguacate.
La Defensoría del Pueblo destaca el inmenso reconocimiento que el país siente por todos los campesinos y reitera que, en el marco de esta conmemoración, nuestro país requiere mejorar la tecnificación, investigación y capacitación para disminuir las pérdidas ocasionadas por el cambio climático y los fenómenos estacionales que afectan los cultivos, y, como consecuencia, el aumento de precios, la poca disponibilidad de los insumos y el alto costo de los mismos.
Es necesario aumentar la inclusión de pequeños y medianos productores en el mercado de seguros agropecuarios y ampliar los riesgos y actividades objeto de incentivo que hoy se concentran en riegos de origen climático, biológico, geológico y de precios. Se debe ampliar también el seguro paramétrico agropecuario para proteger de una mejor manera la inversión de los cultivadores.
De la misma forma, la Defensoría del Pueblo llama la atención del Gobierno Nacional, de las gobernaciones y las alcaldías municipales del país para que en esta fecha presenten y anuncien los proyectos, los planes, programas y las políticas públicas con las que se pretende beneficiar a la población campesina.
La Defensoría del Pueblo considera que el Gobierno Nacional debe avanzar en la transformación productiva del campo, se requiere un modelo de agricultura más amigable con el medio ambiente. Los campesinos no cuentan con el dinero, la tecnología y capacitación suficiente para ser competitivos en el mercado nacional, y mucho menos en el global, y si a ello se agregan las afectaciones por cambio climático y daño ambiental, el acceso a la agricultura cada vez se hace más complicado.
Se necesitan políticas públicas y estrategias para fortalecer y promover una agricultura sostenible en el país que facilite y permita un responsable y adecuado aprovechamiento de los recursos naturales. En esa dirección, es urgente crear incentivos suficientes o ampliar la cobertura de los existentes, de manera que se pueda mitigar la desigualdad competitiva a la que se están enfrentando hoy los agricultores colombianos.