La mayor parte de las infecciones gastrointestinales requieren de uno a dos días para manifestar cualquier signo o síntoma, dependiendo del periodo de incubación del agente infeccioso.
La diarrea es el síntoma más común, en algunos casos pudiera haber heces sanguinolentas, cuando se daña el recubrimiento del intestino.
En ocasiones se pueden presentar vómitos, fiebre, pérdida de apetito, cólicos abdominales, náuseas y pérdida de peso.
Si hay diarrea y vómitos a las pocas horas de consumir un alimento podría tratarse de una intoxicación alimentaria.
Para un diagnóstico y tratamiento oportuno consulta con tu médico a fin de que determine la causa, mediante análisis de sangre o de heces.
Signos y síntomas de las infecciones gastrointestinales
-Diarrea.
-Náuseas y vómitos.
-Fiebre.
-Cólicos abdominales.
-Dolores musculares y dolor de cabeza.
Las bacterias, virus, hongos y parásitos pueden causar infecciones gastrointestinales.
Estas infecciones se contraen generalmente por consumir agua contaminada, comer algún alimento descompuesto o con alguna toxina, por consumir algún alimento que no cumpla en su manejo, preparación o conservación con las normas de seguridad alimentaria.
Algunas infecciones gastrointestinales incluyen Escherichia coli (E. coli), Staphylococcus aureus, Campylobacter jejuni, Salmonella, entre otras.
Hidratarse durante las infecciones gastrointestinales
En las infecciones gastrointestinales leves es importante consumir abundantes líquidos (por la deshidratación causada por diarrea y fiebre) durante el proceso de recuperación.
Deben evitarse alcohol, cafeína y productos lácteos. Tomar mucha agua, bebidas deportivas que contengan sodio, potasio, entre otros electrolitos.
Si la infección gastrointestinal es leve suele mejorar en el transcurso de unos cuantos días.
Cuando la infección gastrointestinal es causada por bacterias, el médico suele prescribir algún antibiótico.
La Higiene es básica en la prevención de infecciones gastrointestinales
La higiene y el manejo adecuado en la preparación de alimentos es fundamental en la prevención de infecciones gastrointestinales.
El lavado de manos frecuente y después de cada actividad es básico. Así como evitar la contaminación cruzada por mezclar utensilios que hayan estado en contacto con alimentos crudos o trapos sucios. Así como el lavado correcto de tablas y utensilios de cocina.