La crisis en Haití encontró un punto máximo este miércoles, con el asesinato a tiros del presidente, Jovenel Moïse, de 53 años, en su residencia privada en medio de una creciente ola de violencia política en la empobrecida nación caribeña.
El primer ministro interino de Haití, Claude Joseph, confirmó esta mañana que un grupo de “personas no identificadas” atacó la residencia privada de Moïse el barrio de Pelerin, de la capital haitiana, alrededor de la 1 e hirió de muerte al mandatario. La primera dama de Haití, Martine Moïse, también recibió un disparo y está hospitalizada.
“El presidente fue asesinado en su casa por extranjeros que hablaban inglés y español”, dijo el primer ministro.
Según el diario local Gazette, las primeras versiones indican que el comando que lo mató estaba “fuertemente armado” y “le disparó con frialdad”.
Joseph condenó el “detestable, inhumano y bárbaro acto” y afirmó que la Policía Nacional de Haití y otras autoridades tenían bajo control la situación en el país caribeño. En ese sentido, advirtió que se podían escuchar disparos en toda la capital después del ataque. (La Nación).