El enfisema es una afección pulmonar crónica en la que los alvéolos (los sacos de aire de los pulmones) están dañados, lo que causa una disminución de la función respiratoria y dificultad para respirar (trastorno que se conoce como disnea).
Los alvéolos se pueden haber dañado por distintas razones, entre ellas pueden estar:
Colapsados
Estrechados
Inflados en exceso
Estirados
Destruidos
El daño a los alvéolos es permanente porque no es reparable. Una vez que se forman, los agujeros en las paredes del tejido pulmonar inferior quedan allí para siempre.
Causas del enfisema pulmonar
La causa del enfisema es haber estado sometido por largo tiempo a irritantes que dañan los pulmones y las vías respiratorias. Los principales factores de riesgo para sufrir de enfisema son:
Fumar. El 75 % de las personas con enfisema pulmonar son fumadores activos o ex fumadores.
Exposición prolongada a otros irritantes pulmonares. La contaminación ambiental, del aire, polvos químicos del ambiente o que se inhalan en el lugar del trabajo pueden generar un enfisema. También el humo de segunda mano, que inhalan personas que no fuman pero conviven con fumadores.
Es menos frecuente, pero algunas personas con deficiencia de la proteína alfa-1 antitripsina, que es una condición genética, están en mayor riesgo de desarrollar enfisema pulmonar.
Los síntomas de enfisema pulmonar suelen presentarse en personas alrededor de los 40 años.
Incidencia del enfisema
El enfisema es una forma de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Este es un grupo de enfermedades pulmonares de alta incidencia a nivel mundial.
En el mundo. El Global Burden of Disease Study de la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa una prevalencia de 251 millones de casos de EPOC en 2016. Alrededor del 91 % de la población mundial vive en lugares donde los niveles de calidad del aire superan los límites saludables de la OMS.
Si bien la contaminación del aire ambiental afecta tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo, los países de ingresos bajos y medianos experimentan la mayor carga, con el mayor número de víctimas en las regiones del Pacífico Occidental y Asia Sudoriental.
A nivel mundial, se estima que este conjunto de enfermedades pulmonares crónicas mata a cerca de 3 millones de pacientes cada año, y que para 2030 será la tercera causa más importante de mortalidad, según datos de la OMS.
En Latinoamérica. Siete de cada diez casos de EPOC (71 %) en personas de más de 30 años en las Américas son a causa del humo del tabaco. Un estudio de 2019 indica que la incidencia de enfisema pulmonar en la región (en base a siete países analizados) era de 6.2 a 19.6 %, con un alto grado de subdiagnóstico.
En los Estados Unidos. Aproximadamente 3,8 millones de estadounidenses han sido diagnosticados con enfisema, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Más del 90 % de los casos involucran a personas mayores de 45 años. En 2016, 1,6 millones de mujeres y 1,8 millones de hombres tenían enfisema.
La enfermedad afecta de manera desproporcionada a comunidades latinas de bajos ingresos, en las que todavía hay una alta incidencia de fumadores, y que viven en zonas industriales con niveles altos de contaminación ambiental.
Síntomas del enfisema
Generalmente, el enfisema pulmonar no presenta síntomas al principio. Con el paso del tiempo, los síntomas aparecen y suelen ir empeorando. Son:
Tos frecuente
Sibilancia (silbido cuando se respira)
Falta de aliento (especialmente cuando se está realizando una actividad física)
Sensación de presión en el pecho
Si se trata de un caso severo, la persona puede ser más proclive a contraer infecciones respiratorias como resfriados o gripes.
También puede presentar pérdida de peso sin causa aparente, debilidad en los músculos inferiores e hinzhacón de tobillos, pies y piernas.
Diagnóstico del enfisema
Además del examen físico, el médico puede ordenar las siguientes pruebas para confirmar el diagnóstico de enfisema pulmonar:
Test de función pulmonar (espirometría o espirograma). Esta prueba mide el flujo de aire y el volumen de aire que circula hacia los pulmones. Hay varios tipos de estas pruebas, pero básicamente la persona debe exhalar varias veces en un tubo.
Tomografía computarizada de alta resolución. Esta prueba de imagen permite que el neumonólogo tenga imágenes claras de los pulmones y pueda ver la magnitud de las lesiones.
Radiografía de tórax. Esta prueba puede confirmar el diagnóstico de enfisema pulmonar a la vez que puede descartar otras afecciones pulmonares.
Análisis de gases en sangre de las arterias. Esta prueba de sangre puede determinar si los pulmones están transfiriendo bien el oxígeno al flujo sanguíneo y si están removiendo bien el dióxido de carbono.
Examen de esputo. Esta prueba puede ayudar a identificar algunos problemas pulmonares.
Tratamiento del enfisema
El enfisema pulmonar es una afección crónica. No tiene cura pero hay tratamientos y acciones que ayudan a controlar la enfermedad, prevenir que avance rápidamente. El cuidado también permite que la persona se mantenga activa.
Hábitos de vida
Si se fuma, dejar de fumar inmediatamente es el primer gran paso.
Hay que evitar el humo de segunda mano y estar en zonas en donde el aire puede estar contaminado.
Mantener una nutrición adecuada. Un nutricionista puede ayudar a establecer una dieta que fortalezca la capacidad respiratoria.
Ejercitarse. El médico puede indicar los ejercicios adecuados para fortalecer los músculos que ayudan a respirar mejor.
Medicamentos
Broncodilatadores. Ayudan a relajar los músculos de las vías aéreas, haciendo que se abran y se pueda respirar más fácilmente. También liberan a las vías de moco, lo que alivia la dificultad para respirar. Su acción suele durar de 3 a 6 horas.
Su formulación más popular es en forma de inhaladores, pero también se pueden consumir como nebulizadores, tabletas, polvo para inhalar y en forma líquida.
Los broncodilatadores pueden causar efectos secundarios como mareos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y palpitaciones. Hay que informar al médico sobre estos efectos secundarios.
Corticoesteroides. En algunos casos los inhaladores pueden contener corticoesteroides, que reducen la inflamación pulmonar y ayudan a aliviar la dificultad para respirar.
Antibióticos. Si la persona tiene una infección pulmonar, debe recibir antibióticos.
Terapias para el enfisema
Rehabilitación pulmonar. Estos programas enseñan a la persona ejercicios respiratorios y técnicas para reducir la dificultad para respirar y poder ejercitarse sin perder rápidamente el aliento.
Terapia nutricional. Al principio del desarrollo del enfisema, la persona en general debe perder peso, mientras que cuando el enfisema pulmonar está avanzado, deben ganar peso. Un plan nutricional ayuda en ambas etapas de la afección.
Oxígeno. El suplemento de oxígeno provee de oxígeno en casos de enfisema grave. Se puede utilizar en momentos específicos, por ejemplo cuando se está realizando ejercicio, o las 24 horas, usando una mochila de oxígeno.
Terapias quirúrgicas para el enfisema
Reducción de volumen pulmonar. Este procedimiento remueve tejido dañado del pulmón, lo que permite que el tejido sano remanente se expanda y ayude a mejorar la función pulmonar.
Trasplante. En el caso de que se padezca una forma grave de enfisema y otras terapias hayan fracasado se puede recomendar un trasplante de pulmón.
¿Se puede prevenir el enfisema?
La mejor prevención que puede controlar ciento por ciento una a persona es nunca fumar ni estar cerca de fumadores, para no inhalar humo de segunda mano.
Hay otras formas de prevención que la persona no siempre puede controlar, determinantes de salud, por ejemplo no vivir en vecindarios cercanos a autopistas o zonas industriales, en donde los niveles de contaminación del aire pueden ser más altos, lo que aumenta el riesgo de padecer enfisema pulmonar. (HolaDoctor.com).