Gran Bretaña le dijo a la Unión Europea el jueves que debería hacer concesiones importantes para salir del punto muerto en la negociación comercial del Brexit hacia el final de la semana o entregar alguna claridad sobre cómo se conducirá el final de la crisis de divorcio, que ya lleva cinco años.
El primer ministro Boris Johnson y la presidenta del ejecutivo de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, se dieron como plazo hasta el domingo por la noche para sellar un pacto de comercio, luego de no poder superar las persistentes disputas durante una “animada” cena el miércoles.
“Claramente aún hay cierto espacio para seguir charlando pero existen puntos significativos de diferencias que persisten”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, a la cadena BBC, y añadió que las dos partes necesitaban evaluar la situación el fin de semana.
“Creo que el domingo será un momento importante”, dijo Raab a Sky News. “Nunca se dice que nunca en estas negociaciones, pero creo que necesitamos cerrar algo”.
La libra extendía sus pérdidas contra el dólar y el euro, y bajaba 0,6 % ante su par estadounidense, a 1,3318 dólares.
Raab dijo que los principales puntos de dificultad -la pesca y los compromisos sobre negocios comerciales en igualdad de condiciones- lograron acotarse, pero existen asuntos que “por principio” Gran Bretaña quiere establecer.
“Se necesita un cambio sustancial”, declaró el ministro, para que ambas partes puedan continuar las negociaciones después del domingo.
Gran Bretaña dejó formalmente la UE en enero, pero desde entonces ha estado en un periodo de transición en el que sigue siendo parte del mercado único del bloque y de la unión aduanera, lo que implica que las normas de comercio, viajes y negocios siguieron siendo las mismas.
Este periodo finaliza el 31 de diciembre. Si para entonces no se llega a un acuerdo que proteja de aranceles y cuotas alrededor de 1 billón de dólares en intercambio comercial, las empresas de las dos partes experimentarán serios problemas.
La ausencia de un acuerdo tendrá implicancias para cualquier negocio europeo y británico, impactará a los mercados financieros, generará confusión en las fronteras y alterará las cadenas de suministros en una región que ya está lidiando con los graves costos económicos y humanos de la pandemia del Covid-19. (Reuters).