Un nuevo estudio echa por tierra la idea de que el ayuno restringido debe formar parte de una buena dieta.
La investigación, publicada en JAMA Internal Medicine, dice que esta tendencia popularizada en muchos regímenes como una estrategia para perder peso, de hecho, produciría muy poco cambio en la báscula, y agregaría un problema: pérdida de la masa muscular.
El ayuno restringido significa no desayunar y consumir todas las comidas del día entre el mediodía y las 8 de la noche.
El estudio analizó durante tres meses a 116 personas con sobrepeso a los que se dividió en dos grupos: uno siguió la rutina del ayuno restringido y el otro no.
Al final, los que siguieron el ayuno solo perdieron entre 2 y 3 libras, casi lo mismo que el grupo control.
Los científicos dijeron que este ayuno funciona para algunos porque, al limitar la ventana de tiempo en la que está permitido comer, se consumen menos calorías.
Sin embargo, el largo período sin ningún tipo de ingesta de alimentos, puede alterar algunas funciones orgánicas.
Tipos de ayuno
– El método de dos veces por semana. Se centra en limitar el consumo de calorías a 500, durante dos días a la semana. Los otros cinco días de la semana, se debe mantener una dieta saludable y normal. Es importante la ingesta de fibra y proteínas durante el ayuno para sentir saciedad, sin descuidar la cantidad de calorías. Entre los dos días de ayuno siempre debe haber algún día de descanso.
– Día alternativo de ayuno. Cada dos días se hace un ayuno modificado, en el que solo se consume 500 calorías o el equivalente al 25 % de la ingesta normal (también hay quienes optan por cero calorías). En los días sin ayuno, la dieta debe ser saludable.
– El ayuno de 24 horas. Se deja de comer durante 24 horas y se practica entre una a dos veces por semana. En general, el ayuno comienza desde el desayuno hasta el otro desayuno o desde el almuerzo hasta el almuerzo del día siguiente. Pero los efectos secundarios pueden ser extremos: fatiga, dolores de cabeza, irritabilidad, hambre y poca energía.
Riesgos
El ayuno intermitente no es seguro para mujeres embarazadas, niños, personas con riesgo de hipoglucemia o con ciertas enfermedades crónicas. La práctica también se ha asociado con efectos secundarios como irritabilidad, bajo consumo de energía, hambre persistente, sensibilidad a la temperatura y bajo rendimiento en el trabajo.
A algunos expertos también les preocupa el ayuno intermitente en personas cardíacas.
También hay personas que simplemente no lo toleran y eso puede exacerbar la relación problemática que tienen con la comida. Además, el cuerpo no sabe que la restricción es una decisión propia y la percibe como una crisis.
Los nutricionistas insisten en que, al final del día, un ajuste del estilo de vida que pueda mantenerse a largo plazo, como una dieta saludable y equilibrada, es lo más conveniente. (HolaDoctor.com).