La tormenta Amanda dejó este domingo 14 muertos, viviendas destruidas o inundadas y cortes de electricidad en El Salvador, donde el gobierno decretó el estado de emergencia, antes de perder fuerza tras entrar en Guatemala, donde también causó estragos.
«Hemos vivido una situación bastante difícil (…) Lamentamos 14 fallecidos» y «el número se puede incrementar», declaró el ministro salvadoreño de Gobernación, Mario Durán.
El servicio meteorológico de Estados Unidos informó por la noche que la tormenta Amanda se había disipado, dejando remanentes en el norte de Guatemala.
En la capital, San Salvador, murieron siete personas por el paso de la primera tormenta tropical de la temporada sobre el océano Pacífico, indicó el alcalde Ernesto Muyshondt.
En la periferia de la capital se reportaron tres muertos: dos en Ciudad Delgado y uno en Soyapango. En el poblado de San Juan Opico, en el central departamento de La Libertad, tres miembros de una misma familia fallecieron.
Las autoridades no precisaron donde falleció la otra víctima. Una persona está desaparecida en San Salvador, indicó la jefa del gabinete de ministros de El Salvador, Carolina Recinos.
Las fuertes lluvias inundaron más de 200 viviendas en el país y obligaron a evacuar a habitantes por el desbordamiento de ríos y quebradas, según el director de Protección Civil, William Hernández.
Amanda derribó además árboles y provocó deslizamientos de tierra y cortes de electricidad, según la misma fuente.
En San Salvador, 4.200 personas se refugiaron en albergues de Protección Civil tras haber perdido sus casas o después de ser evacuadas por residir en zonas de alto riesgo, señaló el alcalde Muyshondt.
Las fuertes corrientes arrasaron 50 viviendas en la comunidad Nuevo Israel, en el oeste de la capital.
«Vivimos una situación sin precedentes, una emergencia de gran magnitud dentro de otra emergencia de enormes proporciones [por el contagio masivo por el coronavirus] como nunca se ha vivido en nuestro país», exclamó Muyshondt.
El ministro de Medio Ambiente, Fernando López, dijo que las lluvias dejaron en las últimas horas hasta 400 milímetros de agua, mientras que el promedio acumulado en un año en el país es de 1.800 milímetros.
«El río se desbordó, perdimos todas las cosas, nos hemos quedado sin nada donde vivir», declaró Isidro Gómez, uno de los damnificados en el Barrio San Jacinto, periferia sureste de San Salvador.
Gómez pidió ayuda al gobierno para conseguir un sitio donde dormir con su familia.
Otro de los afectados, Mariano Ramos, relató que en la madrugada de este domingo «bajó una correntada de lodo y agua» que afectó a todos en la Colonia Luz, al suroeste de la capital, donde se reportó un anciano fallecido. (AFP).