Cuando empezamos a presentar niveles elevados de colesterol en sangre, es común que nos pidan un examen especial para saber cuáles son nuestros niveles en sangre de colesterol bueno y colesterol malo, pero ¿qué hace cada uno de éstos? Y ¿por qué es tan importante mantenerlos en niveles óptimos? Para empezar a conocer un poco más de este tema empecemos por lo básico, el colesterol de baja densidad (o LDL) es el que comúnmente se conoce como el colesterol malo.
Mientras que el colesterol de alta densidad (o HDL) es el que comúnmente se conoce como el colesterol bueno, pero ¡sorpresa! Lo que estamos midiendo en realidad no es el nivel de colesterol, sino de las moléculas que se dedican a transportar el colesterol.
¿Alguna vez has tratado de mezclar agua y grasa? Es difícil, ¿no?, si lo mezclas después de un rato se separa. Esto se debe a las propiedades que tiene cada una de estas sustancias.
Si el colesterol viaja libre en la sangre eso mismo pasaría, ya que la sangre es, en su mayor parte, agua. Entonces para que el colesterol viaje en la sangre necesita ayuda, necesita un “chofer” que lo lleve a donde es necesitado, y eso lo hacen estas sustancias que son, en realidad, proteínas.
Proteínas de baja y alta densidad
Las proteínas LDL transportan el colesterol hacia las células y tejidos del organismo donde puede ser utilizado o donde puede ser guardado, mientras que las proteínas HDL “reciclan” el colesterol, es decir, transportan el colesterol que está guardado y lo llevan a un lugar donde pueda ser utilizado.
Es por eso que a uno se le conoce como el bueno y al otro como el malo. El malo porque se relaciona con que el colesterol no se usa y se guarda, mientras que el bueno es porque ayuda a que se utilice el colesterol guardado.
Por eso, cuando tienes niveles altos niveles de colesterol LDL (colesterol malo) se considera como algo de cuidado, porque quiere decir que tu organismo está guardando colesterol en lugar de estarlo utilizando.
Por otro lado, tener niveles de colesterol HDL (colesterol bueno) altos es bueno porque quiere decir que tu organismo está usando sus reservas y está quitando el colesterol de lugares donde podría resultar perjudicial (como de las arterias del corazón).
Ahora ya sabes por qué la insistencia en mantener estos dos “tipos” de colesterol en niveles ideales, recuerda que hacer ejercicio y llevar una dieta equilibrada ayuda a lograr este objetivo.